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Los meses pasaron como el viento en otoño. Hana había pasado por un proceso de sanación que le había costado mucho, ese día ambos tendrían un momento para descansar de todo, unas pequeñas vacaciones de tres días fueron planeadas.

Busan fue el destino, la casa de los padres de Jungkook. Decir que no estaba nerviosa sería mentira, realmente estaba asustada por qué sería el primer encuentro con ellos y había elegido la ropa más abrigada posible, una blusa ancha ,un pantalón baggy oscuro, con su cabello recogido en un moño desordenado, joyas plata y un maquillaje ligero.

Jungkook se reía pues todo esa ropa era suya, pues Hana no tenía un estilo como ese, ella era más de colores análogos y un estilo más limpio y buscaba siempre obtener durabilidad en cada prenda.

Ella había pasado a lo largo de los meses por todo tipo de estilo solo para llegar al más minimalista posible, aquella ropa era perfecta para ella y siempre se sentía segura pero ese día había perdido todo sentido para combinar y sentirse comoda así que tomo de su ropero aquellas prendas ocultando por completo su cuerpo.

—Tranquila, mis padres son como yo. No tienes que preocuparte.

—Ya me arrepentí de como voy vestida...¿Y si crees que son rarita?

—¿Gracias?

—No...no me refiero a eso... Jungkook, aún podemos regresar...y si hablas con ellos y les dices...

—Hana, tranquila, hemos planeado estás vacaciones durante meses, deja de preocuparte tanto,todo estará bien, ya los haz conocido.

—Por llamada no es igual. En ella si puedo huir sin ser detectada.

Aquello lo hizo reír más pues sabía que era verdad, aún que eso no importaba, sus padres la amaban, cada vez que la veían gracias a él, le daban cumplidos sobre su belleza y delicadeza en todo lo que hacía.

—Llegaremos pronto, respira hondo para tranquilizarte.

—Jungkook...

—Estamos juntos en esto...te lo prometí.

Tomo su mano sintiendo aquel anillo que hace dos meses le entrego, su anillo de promesa.

Ese día ambos se volvían a ver después de un pesado día de trabajo y de escuela.

Hana lo abrazaba mientras estaban acostados, ella con su respiración tranquila casi quedando se dormida.

—¿Hana?

Ella respondió con un sonido suave.

—Ah...dame tu mano.

Continúo con sus ojos cerrados mientras aceptaba su pedido, en su largo momento donde él solo tomo su mano acariciando cada parte de ella en su dedo anular un extraño metal se deslizó.

Sus ojos se abrieron mirando como la mano de Jungkook acariciaba su dedo rozando el anillo.

—¿Que...

—...está es mi promesa hacia tí...ya llegará el día en que este anillo cambie a uno más hermoso y con otro significado más profundo.

Ella se levantó mirando lo, sus ojos estaban abiertos de la sorpresa.

—JungKook...

—Algun día me cásate contigo Hana.

The  Handmaiden.    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora