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Ella lo miró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, era miserable querer verse como algo más, querer ocultar lo que era pero sus palabras, la forma en que él acepto y defendió su existencia hacían que se formará un nudo en su garganta.

—Jung... Jungkook...

Él se acercó a ella abrazando la mientras sentía su pequeño cuerpo temblar tratando de ocultar el dolor sin dejar que este se expusiera.

—Llora Hana, no debes guardarte nada.

Fue en ese momento que ella libero sus lágrimas, él la envolvía entre sus brazos tratando de hacerla sentir se protegida y Hana solo se aferraba a su camiseta como si soltarlo significará su muerte.

Horas más tarde ella se encontraba en el hogar de Jungkook, él la había llevado después de salirse de la universidad, no podía estar ahí sabiendo que Hoseok correría cualquier tipo de rumor. Por ese momento solo quería consolar a la mujer que estaba a su lado.

Ambos sentados en el sillón, ella acurrucada en su cuerpo.

Jungkook quería preguntarle que hacía ahí pero simplemente no quería arruinar ese momento.

—Dejaste tu suéter...iba a entregarte lo.

Ella le respondió como si supiera de su pregunta.

—Puedes quedarte lo no me molesta.

—No puedo... gracias pero no quiero perderlo.

—Puedes dejarlo en tu casa. Me sentiré feliz si lo conservas.

Dijo sin ser consciente de su situación, ella lo tenía donde ir, solo el hospital y su trabajo, después de eso no había lugar al que pudiera llamar hogar.

—Si...claro.

Ella se levantó llamando su atención, tomo su suéter y con una sonrisa se despidió.

—¿Tienes que irte ya?

—Si...debo hacerlo, muchas gracias por todo Jungkook—. Se dió la vuelta para dirigirse a la puerta pero se detuvo, dió media vuelta y firmemente le dijo—Deja de ir al club por favor.

—Hana...¿Que pasa?

—Solo no vayas más, ni tu ,ni tus amigos.

Jungkook de manera rápida se levantó y camino hasta ella pero Hana dió un paso atras—No entiendo que sucede... Hana.

—Esto está mal...no quiero ser la burla de nadie más ,tengo que soportar muchas cosas e involucrar me contigo solo me causará problemas.

—Hana...

—Solo...déjame Jungkook.

Pero él no la iba a dejar ir, tomo su brazo y tiró de ella logrando que sus cuerpos quedarán unidos, Hana lo miro con sus ojos brillantes y pasó saliva al sentirse tan nerviosa.

Jungkook alzo sus manos acunando su rostro entre sus dedos y sin esperar más la beso, se sentía tan anhelante que simplemente ambos cayeron ante esa emoción.

Jungkook fue bajando sus manos hasta dejarlas en su cadera y Hana subió las suyas hasta pasar sus brazos por encima de sus hombros.

—No...n-no me dejes Hana, no de nuevo.

The  Handmaiden.    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora