Capítulo 15

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Emma

Hoy ya era jueves. Estaba preparando todo el menú para la tarde de mi cumpleaños, también busqué barios juegos con los que divertirnos. Estaba convencida de que iba a ser una fiesta de cumpleaños especial.

Siempre dije que mis 25 iban a ser memorables, no por otra cosa, sino porque fue la edad en la que mis padres se conocieron y comenzaron su bella historia, así que desde pequeñita lo tuve claro, y si al final de todo no llegaban a serlo, yo me encargaría de que terminaran por todo lo alto.

Iba a preparar lasaña, una bandeja bastante grande, no éramos muchos, pero tampoco podía escatimar. Estaba en el supermercado, apoyada en el carro y sujetando la larga lista de la compra, caminaba vagamente y con pesadez.

Iba pasillo por pasillo, en orden, como maniática que soy.

-¿Te has perdido chiquilla?- Una voz sonó a mis espaldas.

-¿Perdón?

Me giré para ver quién podeía ser.

Y ahí estaba, tan guapo como siempre.

-¡Renato!

-El mismo. ¿Me has echado de menos?

-Mucho, ¿qué haces aquí?

Mi voz salía con emoción. Me sentía como una niña pequeña en un parque de bolas.

-No podía perderme el cumpleaños de mi chica.

-No soy tu chica Reb.- Me crucé de brazos y fruncí el ceño mientras intentaba no reírme al imaginarme mi cara.

El rió seco mientras miraba fijamente mis ojos.

-Lo serás.- Sonaba serio. Lo decía en serio.

Me contó cómo me encontró mientras yo seguía detenidamente los pasos que tenía que seguir para cada alimento, ahora me encontraba donde las verduras. Al parecer había venido a Málaga por sorpresa, por eso el no comentarme nada, y estaba en el centro comercial supuestamente comprando mi regalo cuando me vio y quiso sorprenderme.

Automáticamente pensé en que seríamos uno más en la comida, y no me molestaba, pero mi familia podía ser algo intensa de vez en cuando.

-Vinito, vinito, vinito, ¿dónde estás?

-Tu no sueltas un vino ni aunque te paguen.

-Y menos si es este.- Agarré la botella de blanco frizante y se la mostré.- No sabes como está.

Agarré dos más y las metí en el carro.

La compra terminó siendo bastante cara, pero es mi cumpleaños, que me dejen vivir.

Al llegar a casa dejamos la compra en su sitio, aproveché y compré para el día a día y más con la convivencia con Renato durante los próximos días.

-¿Qué cenaremos?

-A mi me apetecen las hamburguesas que compramos.

-Hamburguesas entonces, dejo fuera las cosas.

Yo asentí y fui a por el pijama para ducharme.

-Emma, ¿puedo entrar? Vengo a dejar el champú y la pasta de dientes.

-Si si, pasa, no te preocupes.

Mi baño solo tenía una mampara de cristal pero con el vapor dudo que se viera algo, no me daba mucha verguenza igual.

-Te vas a achicharrar la piel como sigas duchándote con agua tan caliente.

-No está tan caliente, mira, tócala.

𝔇𝔢𝔰𝔢𝔞𝔪𝔢 (Reborn/Imantado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora