Capítulo 8

436 22 4
                                    

Emma.

-Emma, ¿podemos hablar?

Su voz sonó solitaria. Estaban todos en la piscina y yo me disponía a salir después de haberme cambiado.

-Sí claro, dime.

-Perdóname.

-Reb, se que lo que dijiste no lo pensabas realmente, pero entiende que no puedo perdonarte y ya está. Ha estado mal, muy mal.

-Lo sé, joder soy un cabrón. No debí hacer eso, eres libre de hacer lo que quieras, no se ni por qué me enfadé, solo que verte así con el, tan juntos, y verte tan feliz.

-No tienes derecho a hablarme como lo hiciste. Álvaro y yo no somos nada, pero tampoco soy nada tuyo.

-Cierto.

-Venga, ahora cámbiate y vamos a la piscina, hace muy buen dia como para desperdiciarlo.

-Espérame allí.

-Claro. Corre.

Salí al jardín, con una sonrisa en la boca, el simple hecho de estar enfadada con Renato, aunque fuera por unas pocas horas, me estaba quemando. Y ahora que estabamos bien sabía que no tendría de qué más preocuparme.

-Hola guapa, te queda genial ese bikini.

-Gracias Álvaro.

-¿Por qué sonríes tanto? Me gusta.

-Hablé con Reb, estamos bien.

-No sabes cuánto me alegro, no podía verte más con esa cara larga tan fea que tienes.

-Me llamas guapa y luego dices que mi cara larga es fea, no te entiendes ni tú.

-Lo feo es la cara que pones, no tú preciosa.

-Anda tira, que voy a leer un rato.

-Eso ni de coña tu te viene'.

Y ahora era un saco de patatas. En fin, sin comentarios.

Me iba a lanzar a la piscina cuando cayó conmigo en su hombro, yo lo ví todo a cámara lenta, como Reb corrió hacia nosotros y nos empujó para luego lanzarse el también al agua.

Al salir todos reímos menos Imantado, que buscaba como loco quién había sido el causante de que su cuerpo hubiera estado sumergido.

-Me salgo, voy a leer de verdad.

-Venga que si niñata, déjanos a los mayores disfrutar.- Álvaro gritó simulando un tono de desprecio.

-¿Perdona?

-Te quiero.

-Ya ya, eso díselo a otra.

Rió, y su carcajada inundó todas mis cavidades.

Me tumbé en una de las hamacas que adornaban el jardín, con un café y mi libro bajo la sombra. Me adentré en sus páginas hasta acabar con él, justo cuando unas gotas recorrieron mis piernas.

-Ratita, a prepararse.

-Ay, llevame tu porfi.

Me cogió como princesa y me llevó hasta mi habitación.

-¿Cuándo volverás a dormir conmigo? Se supone que compartiríamos habitación.

-Sí, hasta que te comportaste como un capullo integral.

-Buagh, policia de mielda.

Salió corriendo de la habitación.

-¿Pero este tio qué toma?- Me pregunté a mi misma.

𝔇𝔢𝔰𝔢𝔞𝔪𝔢 (Reborn/Imantado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora