𝔇𝔢𝔰𝔢𝔞𝔪𝔢 (Reborn/Imantado)

Capítulo 20

Emma.

Pasamos la tarde entera en casa de Álvaro jugando a videojuegos. Ahora jugabamos a fortnite, cada vez que alguno moría le pasaba el mando al otro. Y por eso, Álvaro jugaba más que yo.

En mi defensa diré que el niño juega a Valorant, y tiene más precisión que yo.

Rayi dormía en mi regazo mientras yo agarraba el mando y clavaba mi mirada en la pantalla. Iman volvía de la cocina con un bowl de palomitas, se mantuvo de pie mirando la televisión mientras yo mataba a uno que se me había cruzado.

-Tienes otro a la derecha.

-¿Dónde?- Mi voz sonaba alterada.

-Pues ahí, ¿dónde va a ser, niña?- Señala una zona de la pantalla justo cuando me cruza una bala por el frente.

-Cállate, lo tengo todo controlado.

No.

Tan controlado no lo tendría.

Porque me mató a los 5 segundos.

¿Qué iba a saber yo que tenía un subfusil legendario?

-Agh, paso. Esto es una mierda.- Tiré el mando a un lado del sofá mientras resoplaba.- Uh, palomitas, que rico.

Fui a agarrar un puñado cuando su mano me lo impidió de un manotazo.

-¡Eeh! Yo quiero palomitas.

-No, no te las mereces, por no saber jugar al Fortnite.- Puso una cara de superioridad exagerada mientras alejaba el bowl de mi alcance.

¿Tú crees que yo me voy a quedar sin palomitas?

Ni de coña chaval.

-¿Ah si? Ven aquí.

Me lancé en plancha sobre él. A esta altura Rayi ya no estaba conmigo, sino con su dueño el cual sí le daba palomitas.

Estiré mi brazo en busca del bowl pero lo único que me llevé fue un manotazo en el culo de los bien dados.

-Ostia, Álvaro cabrón. Te has pasado.- Me sobaba la zona que no tardaría en ponerse roja, que el pantalón de pijama fuera corto le ayudó a que picara más.

-Tampoco ha sido para tanto, anda ven que yo te curo.

No se si lo estaba tomando como excusa para tocarme el culo, pero me sorprendio que agachara su torso para plantar un beso en el cachete ya enrojecido.

Pero la alegría no duró mucho, porque seguidamente me mordió, para rematar la noche vamos.

Me levanté de colpe quedando de rodillas a un lado suyo, apoyando mi culo en los talones.

-Pero vamos a ver, ¿qué te pasa a ti con mi culo?

-¿Que qué me pasa con tu culo? ¿Realmente quieres que te lo diga?

-Estaría bien, gracias.- No me di cuenta de la repercusión que podían tener esas palabras en esta conversación.

-Que me pone como una moto. Tu culo y tú.

Me escondí tras unas mejillas ruborizadas y una sonrisa tímida. En un lento pero ágil movimiento me quedé sentada mirando la tele abrazando mis rodillas.

Sabía que me estaba mirando, pero no quería verle la cara ahora mismo. Su picardía podría con mi autocontrol.

Tras unos minutos de silencio en los que solo se escuchaba el sonido de la pantalla inicial del juego decidió hablar.

-¿Te apetece hindú?

-Si por favor, ya sabes lo que me gusta.- Seguía sin mirarle.

-A sus órdenes, princesa.