61. |Seguridad|

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61. |Seguridad|




"Cuando un demonio recibe un milagro, un ángel es castigado"

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<<Santiago>>





Han pasado tres días, después de aquel incidente. Y hace tres días que Maddie no ha podido ir a la universidad, lo cual tiene a Maddie de mal humor. Lo peor para ella, es que sus padres están acá. O más bien su mamá, ya que su padre llegará en unas horas por motivos de sus viajes.

—¡Sigo sin entender el por qué tengo que quedarme aquí! ¡Tengo que ir a clases!— le reprocha mi chica a su madre.

—Lo hacemos por tu bienestar hija, no puedes volver a la universidad por el momento y lo digo no solo por Jason, más bien por lo que pasó. — su madre se sienta aun lado de ella para tomar sus manos y mirarla. — Cariño, ese episodio que te dio, puede que vuelva a suceder por desgracia mas ahora que lo tienes cerca. —

—Solo fue una vez mamá — le responde en voz baja mi chica agachando la mirada. —Es que si hubieras visto lo que vi.— le dice con un hilo de voz.

—¿Que fue lo viste con exactitud mi niña?— le pregunta con cautela.

Mi chica toma una larga respiración evitando mirarla. 

—La vi mamá, vi a Gaby.— susurra y sus ojitos se le llenan de lágrimas.

—¿Cómo fue?—

—Que se volvía a repetir es como si hubiera regresado en el pasado y lo hubiera podido evitar, mamá — 

—Oh, mi niña.—

—Fue como verla de nuevo y ver un nuevo panorama de ella y esa escena cuando se habían conocido y yo, solo reaccione con miedo y temor de perderla. No podia mamá, no iba a permitir que volviera a ocurrir, lo juro, pude sentir ese miedo recorrer mi cuerpo acompañado con ese escalofrío.— 

—Mi niña, no temas más, eso no pasará. No volvera a suceder de nuevo. —

—Fue como ver su reflejo — murmura con la mirada perdida. 

—Escucha Maddie puede que no....— se queda en silencio por el sonido de su celular. —Es Kevin, debo responder, por favor Santiago, ven un momento — me pide mi suegra y asiento. 

Ella se retira y yo me quedo con mi chica que se encuentra con la mirada en el suelo sin pestañear. 

—Güerita— le hablo y ella parece reaccionar.

Parpadea para quitarse sus lentes y limpiarse los ojos. 

—¿Podemos ir a la habitación? Me gustaría estar acostada un rato.— me pide y asiento.

—Por supuesto mi rubia, vamos— nos levantamos del sillón para subir las escaleras. 

Dejamos a su madre hablar por teléfono en la cocina mientras que nosotros nos vamos a la habitación. 

Llegando Maddie se acuesta abrazada a una almohada. Se queda en silencio y yo solo me dedico a mirarla. De pronto sus ojos me ven y da unas palmaditas.

—¿No te importa hacerme compañía?— 

Por un momento pensé que quería estar sola. Digo para mí y le sonrió satisfecho.

—Para mi es un honor— le respondo para acostarme detrás de ella y rodearla con mis brazos. 

&quot;Mi Chico Malo&quot; [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora