68. |La Advertencia|

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68. |La advertencia|



"Cuando tú alma gemela sufre , tu sufrirás el doble de dolor"

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<<Maddie>>












Cierro la puerta detrás mío, con mucho cuidado procurando de no hacer ruido. 

Santiago se encuentra profundamente dormido, hace como dos horas que llegamos a la casa de mi progenitor. 

Cuando nos vio llegar no hizo preguntas ni nada, solo se limito a ayudarme con mi novio.

Dentro de mi pecho, siento un ardor de solo ver a mi chico totalmente fuera de si. 

Ese no es mi Santiago. Ese chico es otro, que se ve totalmente perdido, dolido, el está físicamente aquí pero mentalmente no. Es como verlo muerto en vida.

Y eso me duele , mucho.  

Las palabras que me soltó siguen en mi mente. No me puedo imaginar el dolor que siente ahorita mismo. Daría lo que fuera por hacer que no sufra. 

Ahora todo tiene sentido. Las razones las cuáles, la familia materna de mi chico nunca lo quiso. Fue un golpe realmente doloroso para mí Santiago el enterarse de esa forma. 

Por culpa de ese hombre, están sufriendo. Mi suegra y Santiago. 

Le llame para que quedará más tranquila, y creo hasta volvió su alma a su cuerpo. Le recomendé que viniera hablar con él mañana por la mañana, puede que para mañana este dispuesto para hablar.

Por el momento se encuentra descansando. Necesito dormir y descansar. 

Nunca en mi vida, creei verlo así. Tan roto por fuera. 

¿Por qué la vida hace sufrir a las personas más sinceras? ¿Por qué? Mientras que los malditos viven muy felices.

—Es injusto— mascullo con molestia, termino de bajar las escaleras para irme directo al sillón y sentarme un rato.

Una pequeña punzada aparece y hago una mueca. 

El día de hoy se me junto todo. Primero mi primera pelea en la universidad con Soraya, después la desaparición de Santiago y ahora tego que ir a trabajar a la biblioteca. Sin olvidar los trabajos que me dejaran para las vacaciones. 

¡Ah! Por qué mucho.

—Cariño— volteo hacia la voz de mi progenitor que viene para quedar delante de mi. —¿Cómo se encuentra Santiago?— me pregunta Ara sentarse aún lado con cierta distancia.

—Por ahora está profundamente dormido — le respondo ocultando mi cara entre mis manos. 

— Supongo que fue algo fuerte el asunto — 

—Fue como una bala para su pecho— salgo de mi escondite. Lo miro con mis ojos llorosos. —Mi chico quedó totalmente roto por dentro.— niego para mire el techo.

—Ay mi niña...—

— Escucho un secreto que acabo con él. Él se siente culpable por lo que le paso a su mamá y...— trago duro, limpiando mis lágrimas. —No merece todo este dolor él no...— sorbo mi nariz queriendo hacerme bolita. 

—Mi pequeña, no llores — en un movimiento cuidadoso se acerca a mi para abrazarme. 

—No quiero que nada malo le llegue a pasar a él — haciendo aún lado mío odio hacia el, me dejó abrazar por el.

&quot;Mi Chico Malo&quot; [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora