"Mi Chico Malo"... [Editando]

34.|Obstáculos|

34.|Obstáculos|

"Puede mi infierno ser mucho más fiel que tú cielo, y mis demonios ser más tiernos que tus ángeles"

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Santiago: 

—Se puede saber, ¿Cómo para que me mandaste a llamar? Hasta donde yo sé, no he hecho nada malo, en estos días. Cómo para arruinar tu impecable imagen de buen director— fue lo primero que dije entrando a la oficina. 

El director, simplemente, suspiro con pesadez para señalar una silla.

—Primero que nada, toma asiento, necesito hablar contigo sobre un asunto— me pide, a lo que acedo muy amablemente.

—Muy bien, usted dirá, señor director — le contesto en tono burlesco al pronunciar las últimas palabras.

—Hace varios días, estuve escuchando rumores sobre ti — comienza a decir , sus palabras no me sorprenden.

—¿Que te sorprende? No es nada nuevo.— 

—Si, pero estos no tiene nada que ver, sobre si hubieras hecho algo ilegal. —

—¿Entonces? ¿Que es, viejo? No soy adivino — me quejo impaciente.

—¿Es cierto que estás saliendo con alguien?— su pregunta me deja un poco desubicado.

—¿Cómo para que quieres saber eso?— 

—Solo responde, que si o no— 

—Cuando estaba saliendo con una chica nunca me lo preguntas y eso que ella es de mi misma apariencia — me río ante su expresión de molestia.

—Lo se, por esa simple razón, no me preocupaba. No hasta ahora—

—Explícame con más claridad — le pido en tono aburrido.

Suspira profundamente para masajear sus párpados y negar.

—De que estás saliendo con una chica de primer año, que no solo rompiste las reglas sobre cero relacionarse con estudiantes, sino, también, ¿Quieres arruinar la vida de una excelente chica con buenas notas y buen futuro?— me suelta sin ninguna pizca de delicadeza lo que se tenía guardado.

Sus palabras me causan gracia.

—¿Arruinar? ¿De que estás hablando?— 

—¿A qué estás jugando Santiago? Eres un hombre adulto que muy pronto deberá de desempeñar su papel como es en el mundo. No tiene caso a qué juegues con lo sentimientos de aquella chica — 

—¿De que chica hablas? ¿De Monik? Hace tiempo que no tengo nada con ella— digo haciendo una mueca.

—No me refiero a ella. Más bien a la señorita Maddie Ston— 

—Y, se puede saber, ¿Que te da derecho en meterte en mi vida privada?— me levanto mirándolo fijamente.

—Maddie es una chica inocente, como para caer en tus garras Santiago, no tienes porque jugar con ella— 

—¿Acaso? Te estás escuchando el montón de tonterías — para no decir la palabra (estupideces) . —Que estás diciendo — 

—Santiago, por favor, te conozco y se perfectamente que tú solo juegas con los sentimientos de las chicas.—