"Mi Chico Malo" [Editando]

54. |Mito o Leyenda|

54. | Mito o Leyenda |

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<Maddie>

Los suaves ronquidos de Santiago me despiertan, así que trato de moverme pero no puedo debido a que me encuentro atrapada entre su cuerpo.

Sus brazos y piernas están aferradas a mi cuerpo. Con dificultad me muevo dándome la vuelta y quedar cara a cara con Santiago.

Le pincho con mi dedo su mejilla ganando muecas por parte de él sin intención de querer despertar.

Con mi dedo recorro de su mejilla a sus párpados, su nariz , frente, observando cada detalle del rostro de Santiago. 

Veo como frunce el ceño murmurando palabras. 

Ahorita que lo veo con más tiempo su rostro, se me viene a la mente esa frase que vi de una película. Esa que dice: ¿Bromeas? Es un papucho? Su cara parece tallada por los mismos ángeles. 

Santiago parece todo un ángel caído de cielo cada que está su mamá o conmigo, pero cada que está con alguien más como sus amigos o personas desconocidas es todo un rebelde.

¿No entiendo el por qué tanto odio por parte de Frank hacia el? Hasta donde yo sé, mi chico no le hizo nada que ver con bullying. 

Puede que por fuera Santiago se muestre seguro de dar problemas y hacer desastres, pero en realidad él como un niño pequeño con miedo de mostrar su verdadero personalidad.

Y no es que sea débil, más bien es la persona más fuerte que he visto. A pesar de las críticas que recibe. 

Santiago es demasiado maravilloso para aquellas  personas que lo rodean. 

Vencida de mi poder escapar de su agarré me resigno y me acomodo quedando boca arriba mirando el techo de su habitación. 

Santiago de pequeño y adolescente tenía mucha imaginación con más de la decoración, ya que su techo se encuentra cubierto de nubes hechas de algodón. 

Escucho un pequeño gruñido por parte de mi chico para esconder su cabeza por mi cuello y suspirar.

—¿Hace cuánto que estás despierta?— me pregunta cerca de mi odio y me estremezco hasta creo que mi piel se me puso de gallina. 

— Unos minutos — le respondo y enreda sus piernas con las mías. —He querido escapar de tus garra pero he fallado — le comento y su cuerpo se sacude por su ronca risa.

—Es que mi cuerpo teme de que lo dejes solo y sienta frío.— 

—Solo quería ir al baño— le refunfuño y su agarre se suelta. 

—Eres libre por unos minutos — me advierte y en lo que me levanto, se agarra mi almohada para abrazarla. 

— Lástima porque después de irme al baño iré a la cocina por un vaso con agua—le dejo dicho para entrar a su baño. 

—¡Mi mamá saldrá! Me comentó ayer antes, pero llegaría en la tarde para pasar la tarde con nosotros — me grita desde afuera .

Termino lo que tenía que hacer y saliendo lo encuentro en la misma posición. No se ha movido. 

—Eso quiere decir que nos dejará solos— le digo distraída. En eso veo como en sus labio se le forma una sonrisa maliciosa sin abrir sus ojos.