Capítulo 16

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[Narra: Darío]

-La Tirana, Chile-

Este podría considerarlo mi primer día en La Tirana, ya que ayer habíamos llegado recién y no tuvimos tiempo para salir de lo cansado que estábamos del viaje en carro, por lo que descansamos gran parte del día y de la tarde, en la noche apenas y pudimos cenar, y, antes de irnos nuevamente a dormir, nos despedimos amablemente de Gabriel y de su hermano, ya que ambos se ofrecieron a ayudar en la cocina, preparar la comida, la mesa y dejar todo reluciente en solo segundos, literalmente. Luego de decirles "hasta mañana", nos fuimos todos a dormir a una hora prudente, bueno... yo me puse a jugar hasta las 4 de la mañana y me dormí nada más porque se me descargó el celular, no había de otra.

A la mañana siguiente, o sea, hoy, mi abuela nos llevará a visitar la iglesia, juntar agua bendita, rezar y donar. A mí, sinceramente, no me interesaba nada de eso, solo vine a recolectar esa agua milagrosa que me servirá para enfrentar a Raiser en caso de que el pelotudo se atreva a venir a Iquique. En mi ciudad, las cosas son muy diferentes a Kuoh, esto es Latinoamérica, no le tememos a nada, excepto a la subida del dólar.

- "¿Darío, qué hace aquí afuera?" -me preguntó el hermano mayor de Gabriel, al cual conocí ayer y me cayó bien.- "La misa dio inicio hace unos instantes, ¿no planea entrar y escuchar la palabra del señor?"

Darío: "El otro día escuché la palabra de un señor que me ofrecía droga de la buena, pero tuve que rechazar porque mi mamá no me deja, y además porque no traía sencillo

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Darío: "El otro día escuché la palabra de un señor que me ofrecía droga de la buena, pero tuve que rechazar porque mi mamá no me deja, y además porque no traía sencillo." -contesté con humor del bueno, pero pareció no causarle gracia.- "No, no entraré, no tengo con qué dar diezmo, y eso sería una falta de respeto a mi consideración."

- "Entiendo, pero, no creo que con su presencia, cualquier ambiente podría cambiar para bien si usted se propone arriesgarse." -dijo en un tono filosófico.

Darío: "¿Están haciendo la misa adentro o la estás resitando afuera?" -le pregunté y al fin le saqué una carcajada. Si no hago chistes blancos, este weón no se ríe. Severa flor.

- "Creo que puedo oír perfectamente lo que dice el Sacerdote allí adentro." -me contestó divertido.

Y, en parte, tiene razón, para que estamos con weás, si el eco de una iglesia se puede escuchar hasta en un aeropuerto, ni los motores de los aviones opacaría el ruido que podría meter si gritara en una iglesia.

Darío: "Como el pueblo es pequeño, la misa se escucha en todos lados."

- "Tienes razón, nadie podría evitar escuchar la palabra del señor."

Por muy loco que suene, pasé el resto de la misa charlando amistosamente con Michael, hermano mayor de Gabriel, un tipo muy respetuoso, buena onda, religioso a cagar y un hombre de buena fe. Yo... disfruto a veces abrumarlo con mi humor ácido, las expresiones que tiene al escuchar mis chistes sacados de Internet son más chistosas que el Trollface en 2012.

Una Historia Muy DxD | [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora