IX
Noches de insomnio.
|Suddenly i see|
En medio del descanso, mientras comía una fruta, en compañía de White, Arabella no dejaba de pensar en lo visto noches atrás. Aunque salió una ultima vez, para no encontrarse con nada, estaba convencida de lo que vio en aquella primera ocasión.
—Bien, quizás no me haga falta mas pruebas —dijo, y le dio un mordisco a la manzana—. Merlín lo hizo, dejo que unos adolescentes se hicieran cargo de lo que pasa bajo nuestros pies.
—Pero no están solos —añadió alguien mas.
Giro para verlo, y le sonrió. Se veía mas fresco y animado que días atrás, mas aun después de haber pedido un par de días más, y no se supo nada de él.
Arabella estaba alegre de esa nueva energía que emanaba.
—¿De que hablas? —pregunto.
—Hablo de los cazatrolls —dijo, y se sentó a su lado—. Yo no me meto en sus asuntos, pero Archie fue a echar un vistazo, y ellos están trabajando junto a los trolls.
—Interesante, trolls y humanos juntos —dijo Arabella—. Creo que si tienen un enemigo en común, lo mejor es estar lo mas unido posible, pese a ya sabes, los problemas históricos que tienen.
Termino de comer la manzana, y se puso de pie, para volver al trabajo. Estaba dando una buena impresión, a los gerentes, a los comensales, a esos mágicos que la veían pasar y se sorprendían al verla tratando bien a los desconocidos.
Hisirdoux la detuvo, y se puso de pie rápido. Quedaron tan cerca, que tuvo que dar un paso atrás para evitar que sus nervios se vieran reflejados.
—¿Me ayudarías este fin de semana? —pregunto.
—¿Qué necesitas? —pregunto Arabella—. No voy a salir a ningún lado, ni a rescatar ningún gato o algún par de medias. Ser una vigilante no es lo mío.
—No, no, no, nada de eso —dijo con rapidez—. Ayúdame a acomodar mi departamento. Zoe me iba a dar una mano, pero se va y ...
—Claro, tu segunda opción te ayuda —dijo, y le dio una sonrisa socarrona.
—No, no, no, segunda opción nunca.
—Es broma, tontito —lo detuvo.
Casi nunca podía verlo a punto de colapsar por un enredo de palabras, y no iba a negar que se le hacía tonto y adorable, como alguien como él, con sus novecientos años y una historia llena de todo, pudiera tropezar tanto así. Le encantaba ver esa versión de Hisirdoux en la que no fingía ser un muchacho misterioso, y era él. Algo torpe, y muy lindo.
—¿Me ayudaras? —pregunto una vez mas, y dio una sonrisa.
—Si, no tengo nada que hacer —respondió—. Ver tu desastre será todo un privilegio.
•
Aunque fuera la chica más linda, dulce, y entregada que alguna vez atendió a alguien, las propinas no fueron las mejores. La hora extra, la que se quedo para acomodar el bar tras cerrar. La caminata de un par de cuadras hasta llegar al departamento. Recordar hacer las compras, o limpiar algún plato sucio. Todo eso fue necesario para cansarla, pero no lo suficiente para dormir.
Ni esa noche, ni las anteriores, o las siguientes.
Y hacerlo por un par de horas, antes que sonara el despertador, no ayudaba al agotamiento que estaba viviendo. Fueron pocas las veces en que su peor enemigo era el insomnio, y lo tenia presente porque este llegaba para acecharla cuando menos lo esperaba. Pero ahora que veía la leve mancha violácea en sus parpados, comenzaba a cuestionarse que era lo nuevo que la molestaba.
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Quedarse Quieta, el origen de una bruja.
Fanfiction🔹 Libro 1🔹 Arabella Pericles se cansó de su vida agitada. Decide que ser la bruja más temida ya no es lo suyo, y se embarca en busca de una vida más mundana. Años lejos de lo que más conocía la hicieron una chica más, sin embargo seguía sin encon...