Capítulo VIII: Dime "Te amo" por favor...

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Cuando Butters llegó a la casa de Kyle, ya estaba Wendy quien vio al chico bastante mal.

- ¿Leopold? -Pregunto la pelinegra. - ¿Todo en orden?

-Si... solo, me encontré a Stan y no se ve nada contento... -Aclaró el chico mientras Kyle suspiraba, sabía que algo asi podía pasar, pero no esperaba que Stan se fuera contra el rubio.

-No te preocupes Leo, yo me encargó al rato. -Kyle invitó a Leo a sentarse con una sonrisa. -Ven, vamos a trabajar un rato.

Leo asintió y se unió al proyecto, dándose cuenta que Wendy era bastante buena como Kyle para ejecutar ideas y ponerse de acuerdo, de hecho, pareciera que ambos tenían buena química. Si Wendy decía algo Kyle podía agregar a su información o si él se equivocaba ellos daban puntos de vistas similares y se sentía un ambiente ameno, uno de amigos de confianza con bromas y risas de por medio.

-Ya es hora de comer. -Informó Kyle viendo su reloj que daban ya casi eran las 4 de la tarde. - ¿Te quedas a comer Wendy?

-No muchas gracias Kyle. -Dijo con una bellísima sonrisa que disloco un poco a Kyle. -Yo tengo que ir a arreglar unos asuntos, sin embargo, me divertí bastante con ustedes.

-Nosotros igual. -Butters no pudo no evitar ver que Kyle tenía un pequeño rubor en sus mejillas, cosa que le impactó, al mismo tiempo que el contacto visual de ambos era demasiado.

Cuando Wendy se fue Leo no se iba a quedar con la duda y acompaño a Kyle a la cocina donde había pollo KFC para comer y la mesa pequeña dentro de la cocina que se usaba si solo comían rara vez.

- ¿Eso qué fue? -Leo tenía una sonrisa burlona, a lo que Kyle hizo lo más obvio, sacarle el dedo medio. -Tucker demanda si usan su logotipo.

-Solo no la conocía, de verdad es muy inteligente y nuestras ideas se parecen. -Dijo como si nada mientras comía. -Mejor dime ¿Qué paso con Stan?

-Parece ser que sabe que Wendy esta en nuestro equipo, de hecho, me ofreció un trato muy jugoso, pero no me encontraba mentalmente listo para saber esa información.

- ¿Qué información?

-Si le decía quien era nuestro tercer compañero, él me decía con quien se esta acostando Kenny. -Kyle abrió los ojos de impresión al oír las palabras de su amigo, casi vomitando el pure que se había llevado a la boca.

- ¿¡Stan sabe quién es!? -La cara del chico era un poema. - ¿Quieres que te consiga esa información?

Butters negó suspirando, al parecer Kyle no alcanzaba a ver lo que él sí.

-Si él sabe Kyle, eso significa que sale con ella, que esta haciendo un papel de... de... -Butters negó con la cabeza, no ya estaba harto de esto. – ¡Te veo mañana!

- ¡Leo espera! -Grito Kyle, sin embargo, era muy tarde y el rubio ya había salido casi corriendo de esa casa sin acabarse su pieza de pollo. -Hay Leo, ojalá sepas lo que haces.

Por su parte, el rubio solo camino casi corriendo por las calles hasta la casa de Kenny, eran las 6 de la tarde, sabía que no estaba con Stan, sabía que debía estar en su casa ¿verdad? Suplicaba a dios encontrarlo ahí.

Cuando divisó su casa aceleró el paso y ya enfrenté de ella toco con calma, sintiendo los segundos eternos mientras aquella puerta se mantuviera cerrada y, aun abierta, su corazón se apretó más al ver que no era Kenny quien habría, si no Kevin, su hermano mayor.

- ¡Butters! Vaya sorpresa rubia. -Los hermanos McCormick sabían que él era el oficial, por lo que Kevin lo trataba como siempre lo había tratado, como su cuñado. - ¿Viniste a ver a Kenny?

-S-sí, por favor. -Aunque a Kevin se le hizo raro el comportamiento de Leo lo dejó pasar y le señalo la habitación de McCormick, cosa que alivio por un momento a Leopold, al menos si se encontraba en casa. -Gracias Kevin.

El muchacho solo asintió sonriendo y Leo abrió la puerta casi sin avisar, sorprendiendo a Kenny que (gracias a dios) estaba viendo una caricatura en su celular.

- ¡Amor! -Fue lo primero que dijo el chico dejando su celular y parándose a abrazar a su novio. - ¿Todo bien?

Leo era débil, no porque fuera marica, no tenía nada que ver eso; tampoco tenía que ver su físico, no hablamos de esa fuerza física; Leopold era débil ante la soledad, era débil ante aceptar que ese chico enfrente suyo no estaba completamente enamorado y por eso, luchaba una guerra perdida.

Leo se acercó hasta atrapar a Kenny en un beso apasionado, un beso que gustoso recibió el de capucha naranja y que profundizo, tanteando el terreno de hasta donde tenía permitido llegar, y sintiendo la luz verde cuando Stoch empezó a insinuársele con las caderas mientras aceptaba aquel beso.

Rápidamente el lívido de ambos aumentó, la ropa empezó a estorbar y, a la vez que ellos tenían una noche de pasión, otro cierto rubio también estaba terminando un encuentro en la cual, ciertamente sintió todo menos placer.

- ¿Podrías dejar de ser tan agresivo? -Pip apenas podía moverse, su cuerpo ardía a causa del látigo que había usado su masoquista pareja para el sexo.

-Estas muerto Phillip, no deberías de quejarte tanto. -Damien estaba a su lado, ambos desnudos en aquella cama de sabanas de seda color vino. El rey del infierno con un cigarro en mano intentando relajarse y el rubio hecho bolita, intentando no moverse por sus heridas.

Aunque eran las heridas emocionales las que verdaderamente le hacían querer llorar.

-D...Damien. -Pip no se atrevía, sin embargo, esperaba que esta vez fuera distinto.

-Ahora que. -Damien rodo los ojos, pero lo volteo a ver quitándole un cabello de los ojos que le estorbaba al chico.

- ¿P...podemos abra...? -Sin embargo, antes de acabar su frase un demonio entro al cuarto de los príncipes a molestarlos.

- ¡Mi señor!

- ¡DAME UNA RAZÓN PARA NO QUEMARTE VIVO! -Grito casi quemando la cama el príncipe del infierno haciendo retroceder a Pip y al demonio.

Si algo odiaba Damien es que lo interrumpieran o interrumpieran a la persona que estaba hablando él.

-Le ruego me disculpe señor. -Ahora el que temblaba era el demonio al borde de las lágrimas. -Yo... ¡Hay una rebelión en el sector 9!

-Mierda, ahora lo arregló ¡Pero lárgate ya! -Cuando el demonio se fue, Damien volteo a ver a Pip, él cual aun temblaba de miedo a la reacción de su pareja. -Ibas a decirme algo Phillip.

Eso era lo que a veces no entendía Pip, a veces, en instantes pequeños podía ver como Damien suavizaba su mirada con él, sin embargo, esos eran destellos que rápidamente se acababan, como el ver una estrella fugaz para ser remplazada por el obscuro universo.

- ¿Podremos abrir las ventanas? -No, no se atrevía ya a pedirle un abrazo para sentir un poco su amor, era demasiado arriesgado. -Tengo mucho calor.

-Abrir las ventanas no te lo quitara idiota. -Damien con un hechizo hizo que de pronto se empezará a sentir ligeramente más frio el lugar, sin desplazar el calor como tal. -Acostúmbrate más...

Dicho esto, el pelinegro se levanto y se puso su pantalón y camisa, saliendo del cuarto y dejando a Pip desnudo en las sabanas rojas con muchas ganas de llorar, ¿A quién debía venderle su alma para que su novio el dijera, aunque sea te amo después del sexo?



Lissssto, nos vemos en abril XD :3

Problemas del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora