SS DE KUSHIDA KIKYOU: EL DEMONIO DEL ASIENTO DE A LADO.
Me hice amigo de casi todos mis compañeros de clase casi instantáneamente como entré a esta aula el primer día de clases, cuando todos nos presentamos ante los compañeros con los que compartiremos los siguientes tres años de esta vida escolar de preparatoria. Y entre todas esas personas que pude observar estaba ella, una chica linda llamada Nanase Tsubasa.
De inmediato supe que ella sería el mayor obstáculo para mi vida escolar soñada. ¡Ser amiga de todo el mundo y ser la chica más popular del año! No podía dejar que alguien me robara toda la atención que necesito y merezco.
No trabajé mucho durante varios años para que una chica que parece un cachorro me lo arrebate así de fácil solo porque todos la quieren 'proteger' ¡Asquerosos! Solo lo hacen para ver si pueden tener el afecto femenino que nunca han tenido durante toda su vida.
Hice muchas cosas durante el primer mes en esta preparatoria para que todos me vieran como el ángel de la clase. Soporté miles de miradas pervertidas, comentarios asquerosos, charlas hipócritas, salidas aburridas y personas que simplemente deberían existir. Pero ella siempre estaba un paso delante de mí en cualquier sentido.
Cuando llegó el primer mes, mi posición se vio más comprometida que nunca; y todo gracias a que Nanase logró obtener unos miseros puntos por su actuación en su club. Ella era todo lo que yo debería ser, era a ella a la que consideraban una salvadora, un ángel que vino desde el reino de los cielos para guiar a esas almas mortales a un lugar de pura dicha y felicidad.
Sin embargo, todavía me quedaba un as guardado bajo la manga. Desde que ese idiota de Ayanokouji reveló unas cuantas cosas sobre este sistema escolar, me he preparado con todo lo que tenía para este día. Me encargué de que los chicos tuvieran una mala imagen de él y no sea aceptado como el líder de la clase.
Esos idiotas son tan fáciles de engañar; solo hay que hablarles un poco cariñoso y ya los tengo comiendo de mi mano. ¡Son asquerosos!
Como sea. Todo estaba listo para que yo, Kushida Kikyou, tomara el mando de la clase y mi popularidad se disparara por los cielos. A partir de ese día, mi vida comenzaría a ser verdaderamente buena bajo los elogios de todos en el aula. Si, eso hubiera sido perfecto...
¡Pero esa perra de Karuizawa-san se atrevió a quitarme lo que me pertenece! ¡Maldita puta! ¡Tienes de cerebro lo que tienes de tetas!
Postuló a Nanase-san para ser líder de la clase y todos aceptaron de inmediato. Sin embargo, ella pasó el testigo a Ayanokouji-kun y Matsushita-san. Nadie cuestionó esta decisión porque vino de su querida ángel de la clase y le debían mucho. ¡Me irrita tanto!
Pero todo se fue al carajo algunos días después, en la primera semana del grupo de estudios junto a la Clase-B. Tuve que salir a desestresarme un poco. Actuar tan angelical es tan duro, desgastante y doloroso, pero las recompensas valen completamente la pena. Es un pequeño precio a pagar por todos sus beneficios.
Sin embargo, fui descuidada y no verifique bien que estuviera sola en ese momento. Tuve la mala fortuna de ser vista por una persona... La misma persona que es mi rival.
Lo que pasó a partir de allí no puedo describirlo con palabras, pero basta decir que no pude dormir tranquila durante una semana completa para definir qué tan traumático fue. Incluso hoy sigo sin poder pensar en ello sin que me invada el miedo. No puedo verla ni a la cara sin que los temblores aparezcan por todos lados.
Desde ese momento mi instinto de supervivencia se activó.
Debo proteger mi estatus.
Debo proteger todo mi trabajo.
Debo proteger protegerme a mí.
Y si para eso necesito expulsar a Nanase Tsubasa, no dudaré en hacerlo...
O eso pensaba.
El día de los exámenes parciales mi cuerpo volvió a revivir esos traumas que me dejó aquella tarde. Por alguna razón, un papel con las hojas de respuestas apareció en la bolsa de mi falda, lo que equivaldría a una expulsión de inmediata para mí.
La clase llegó a la conclusión de que fue Ryūen-kun el que organizó toda esta trampa en contra de nosotros ya que su clase fue la única que estableció un contacto hostil en contra de las demás, pero yo no lo veo así.
Esa sonrisa que me dio Nanase-san cuando la miré me lo confirmó todo. De alguna manera, ella se dio cuenta de lo que intentaba hacer para expulsarla y actuó para echarme antes. Horikita-san solo se vio envuelta en ese lio por su capricho y para tener la excusa de no tener puntos suficientes para salvarme a mí.
Por suerte, cometió un error en sus cálculos y la clase terminó apoyándome a mí para que no me fuera. Mi popularidad jugó a favor en esta ocasión.
Pero, me he estado planteando algo. ¿En verdad fue solo suerte?
¿Y si todo eso hubiera sido planeado?
Creo que... Creo que Nanase solo hizo eso para hacerme consciente de que sabe todos mis movimientos.
Es aterrado tener a un demonio sentado a lado tuyo.
Pero no puedo dejarme vencer tan fácil. Necesito una forma de destruirla poco a poco, arrebatándole lo que más quiere en este mundo.
Sé que la persona a la que más respeta y admira es Ayanokouji-kun, pero incluso yo sé que ese es un objetivo muy alto por ahora. Él será con quien le dé el golpe final.
Mientras tanto, puedo divertirme arrebatándole las cosas que la hacen feliz.
Y empezaré arrebatándole a su querido novio.
Shibata-kun, prepárate para caer ante mis encantos.
Fin del Capítulo.
7k de visualizaciones. Muchas gracias a todos por apoyar esta obra, hacen que siga queriendo escribir.
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KIYOPON... ¿¡LATINOAMERICANO!?
Fiksi PenggemarKIYOTAKA NO SUFRIÓ DE LOS ABUSOS DE LA WHITE ROOM, PERO TUVO QUE ENFRENTARSE A ALGO MÁS PELIGROSO QUE ESAS CUATRO PAREDES BLANCAS: LATINOAMERICA.