capítulo veintiuno

803 118 36
                                    

*****

Cuando JiMin regresó a casa lo hizo con vergüenza, la ropa que llevaba en la mochila apestaba demasiado, podía olerla aún cuando la cremallera estaba cerrada, y, pese a que se había bañado dos veces: en cuanto despertó y antes de salir, seguía sintiendo el cuerpo caliente y eso le daba una sensación de disgusto, la piel parecía sentirse pegajosa entre sí y el cuello ardía. Aunque el camino de regreso era relativamente cercano, ocuparon la camioneta, el beta fue por ella a la casa, por más que sonase contradictorio lo hizo principalmente para la comodidad del omega porque sabía que el menor se sentiría incómodo oliendo de esa forma entre calles y topándose con personas, además, aún parecía cansado. Así que, viendo cómo abría la ventanilla esperando diluir la incomodidad de su cuerpo, le dijo "no te preocupes por cómo hueles, ni por la ropa de YoonGi, es normal". JiMin agradeció las palabras, pero no podía evitar sentirse sumamente abochornado.

YoonGi los recibió con un rostro preocupado queriendo saber el estado del menor, el beta lo consoló con un gesto pacificador de unas palmadas sobre su hombro, le aseguró que el omega lo había enfrentado bien, no habló o mencionó sobre sus prendas, sólo llevó la mochila discretamente hasta la cesta de ropa sucia para ser lavadas al día siguiente.

JiMin no quiso comer o cenar, no vio a los pequeños llegar ni a ambos alfas, quienes preguntaban por él preocupados por saber si el celo había sido agresivo con su psique. En realidad sólo llegó para acomodarse en su habitación y esconderse entre sus cobijas, moviendo los dedos de sus pies entre sí, acto que realizaba a menudo cuando era niño y le ayudaba a sentirse cómodo. Esa noche durmió hasta entrada la tarde del siguiente día, al despertar la cabeza le dolía y su boca se encontraba demasiado seca, el cuerpo se sentía pegajoso, pero ya no tenía la fiebre ni el bochorno interno, aunque aún se sentía cansado.

El alfa no se sintió contrariado por su conducta, fue totalmente comprensivo. En la madrugada ponía su palma contra la boca de su propio estómago, sonriendo cuando ésta no indicaba nada negativo, sólo sentía la tranquilidad de tenerlo en casa y ello le ayudó a trasnochar sin pensamientos discordantes entre sus sienes, JiMin estaba durmiendo pacíficamente, mejor que muchas otras noches, ello lo consoló en su soledad mientras continuaba la labor de hacer pequeñas figuritas que pondría a la venta próximamente. Tampoco lo extrañó al no verlo en el desayuno, pero cuando la una y media marcó en el reloj, llevó un poco de fruta y un vaso de agua templada, mismas que el omega recibió con un gesto tranquilo y el rostro aún inflamado en cansancio, pensando que pronto debería bañarse para estar más cómodo.

Aún olía a la frescura del celo que se va desvaneciendo, el dulzón de una persona que anhelaba ser acariciada con amo; sus mejillas se encontraban ligeramente rosadas al igual que sus labios, el alfa acarició la piel de su frente mientras lo tocaba para asegurarse de su temperatura, lo hizo con la discreción necesaria.

— ¿Será así cada vez que tenga un celo? —Murmuró después de refrescar su garganta.

— No, no creo.

— Aún me siento cansado. —Tomó un gajo de la naranja y lo comió en el silencio de la habitación, debería sentirse avergonzado por estar exponiendo una imagen tan patética frente al alfa, pero ahora, francamente, no le importaba en lo más mínimo, menos cuando el contrario sólo lo veía con ojos compasivos.

— Es normal, gastaste mucha energía. —Se sentó a su lado— pero es un buen indicio, los médicos dicen que los omegas más sanos son aquellos que tienen este tipo de eventos durante el embarazo.

— Los médicos no saben lo que es ser un omega.

YoonGi rió, bueno... tenía razón. La mayoría de médicos y estudiados eran alfas o betas, incluso aquellos pocos omegas que conseguían puestos eran rezagados a estudiar lo que otros alfas habían "descubierto" y "analizado", muy pocos podían abrir campos de práctica que contrariaran dichas normas y, por lo tanto, existía un sesgo en la salud enfocada en omegas. Él, por ejemplo, estaba convencido de que el celo era un espectro doloroso para muchos porque no tenían las herramientas médicas para aliviarlo y disfrutarlo.

no me dejes caer ›› ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora