capítulo trece

936 150 68
                                    

*****

En el sexto mes de gestación solía agotarse más rápido, se cansaba con mayor facilidad además de sufrir constantemente de pequeños golpes producto de su bebé, cada vez que lo sentía jadeaba soltando un gruñido pequeño y suspirando en medio de donde estuviera. Había agradecido que el dolor de espalda se hubiera reducido, y tanto él como YoonGi lo atribuían a los ejercicios constantes que realizaban en casa independiente de las sesiones oficiales en el centro de salud, a veces en la tarde, a veces en la madrugada. Así mismo sus manos se vieron inflamadas durante algunos días, ahora le costaba un poco más subir escalones, pues aunque hicieran ejercicio y sintiera sus piernas fuertes, a veces el aire que entraba a su cuerpo no era suficiente y lo agotaba más rápido.

Los antojos iban y venían, al igual que las náuseas y cansancio de YoonGi. A veces en la madrugada sentía que sólo bajaba para dormir junto al alfa porque ambos sólo tomaban una taza de té caliente y comenzaban a dormitar, esto provocó que el pálido tuviera que trabajar en el día, cosa que casi nunca hacía, así que la rutina de sueño de su cerebro comenzó a acomodarse. JiMin, por su lado, como ya sabía que las últimas noches sólo eran de ambos murmurando risas adormiladas, bajaba con cobijas de su propia cama y envolvía al alfa en unas de ellas mientras él mismo utilizaba la frazada que le había sido regalada en Navidad. A veces YoonGi, por estar dormitando, soltaba alguna pieza de madera que resonaba con un golpe seco contra la mesita o el piso, haciendo que el omega se despertara, entonces emitía muchos "perdón" acompañados de sus manos que trataban de acobijarlo de nueva cuenta, por esto mismo comenzó a colocar telas en medio de la misma mesita para así poder dejar los instrumentos con más facilidad y no hicieran tanto eco si algo caía.

Debido a estos síntomas que, aunque no lo dijera era notable en su semblante, HoSeok le dejó las finanzas básicas de la tienda, no era tan complejo como sonaba para el omega, creía que debía hacer demasiadas cuentas y si alguna fallaba probablemente se vería con números incorrectos por todos lados y tendría que volver a empezar, sin embargo sólo tenía que acomodar las monedas y billetes en cantidades exactas, luego pasarlo a una libreta y llevar ese registro.

Esa tarde se encontraba haciéndolo de nuevo, además de colocar el número de mercancía que llegaba. Miró la tarde cayendo por medio de los enormes ventanales, se sintió incómodo en su propio cuerpo y bajó disimuladamente el resorte de su pantalón deportivo hasta debajo de su ombligo, suspiró de alivio al hacerlo, habían momentos en los que su piel se volvía demasiado sensible con las texturas de las telas, el alfa que siempre lo acompañaba había sugerido algunas cremas especiales para personas gestantes, sin embargo él negó pensando que no necesitaba otro gasto cuando estaba administrando bien sus ganancias para un futuro.

Los primeros días de Enero eran un dolor de oídos y cansancio emocional porque los menores seguían vacacionando, desde las cinco de la mañana se encontraban despiertos quitándoles el poder del descanso a SeokJin y NamJoon quienes debían bajar con los pequeños para hacerles desayuno y luego pedirles entre el sopor del sueño, jugaran en silencio hasta que los demás despertaran —y, claro, mientras ellos dormían también otro instante más antes de ir a trabajar—.

JiMin encontraba imposible dormir con los pequeños riendo en falso silencio, haciendo más ruido cuando entre ellos decían "shhh" para dejarlos descansar, pero no podía enojarse, sólo se limitaba a sonreírles con el rostro cansado y murmurar que debían guardar aún más silencio porque "despertarán a su tío YoonGi". Así, cuando los pequeños regresaron pudieron aprovechar la libertad de la mañana. Gracias a que los menores se encontraban ensimismados con sus trabajos escolares, él y el alfa comenzaron a dar caminatas vespertinas a recomendación de la doctora, iban a pasear entre las calles aledañas rodeadas de árboles, siempre protegidos ante el frío. Además servía para cansar más sus cuerpos y dormir con más provecho en el sillón.

no me dejes caer ›› ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora