Cumpliendo un sueño.

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Para empezar quería disculparme por la tardanza del cap. es que estuve un tanto atareada con la escuela. Pero lo importante es que ya volví.


Vale, puede que sentarme enfrente de mi tía después de casi dos meses y contarle que he tenido a un chico durmiendo en su casa durante su ausencia, no sea la mejor manera de calmarme, pero al menos ya había dejado de llorar desde anoche.

Su cara de incredulidad era graciosa, pero la verdad en esos momentos de mi vida había solo una persona que me podía hacer reír y no estaba allí.

—¿Por qué no me lo contaste? —Preguntó.

—Porque no estabas aquí. —dije sin mirarla.

—Pero te llamaba…

—Me llamaste una vez desde que te fuiste. —la corté.

Ella pareció sorprendida ante mí brusquedad, pero se recuperó pronto. Se inclinó hacia adelante y tomó mis manos entre las suyas.

—Broadway cariño, sé que fue una irresponsabilidad de mi parte dejarte sola, pero…—hizo una pausa y buscó mis ojos—, la competencia es hoy.

Lo sabía, lo sabía muy bien.

—Sé que no es un buen momento pero, ¿irás?

—No.

—Broadway…

—He dicho que no. —Espeté soltándome de su agarre.

Se acomodó un mechón del cabello sin saber cómo reaccionar. Ella no sabía que hacer conmigo, lo notaba en como se pasaba la mano por el rostro.

—Voy a subir. —dije caminado hacia las escaleras.

—¿Crees que eso es lo que querría Luka? —Me paré en seco y apreté mis manos. —¿Crees que después de ayudarte a ensayar y a montar una coreografía quería que te rindieras porque él no está a tu lado?

—¡No lo sé! —Me giré y la miré. —Porque no me lo dijo. Y no, no voy a ir a esa competencia porque cuando mire a mi alrededor no lo veré y…y…—la voz me tembló—, fue mi culpa tía yo le pedí que se fuera.

—Oh cariño, no digas eso. —Me abrazó suavemente. —No fue tu culpa, nadie tiene la culpa de las desiciones de los demás.

—Pero yo le dije…

—Créeme, siempre puedes elegir si quedarte o irte. —Me besó en la frente y me agarró el rostro entre sus manos. —Ahora te prepararemos para que le muestres al mundo lo buena bailarina que eres.

Asentí ligeramente y subí las escaleras guiada por ella. Una parte en lo profundo de mi sabia que tenía razón, que siempre había otra opción, pero había otra parte una que me decía que se había ido por mi, porque se lo pedí.

Me dejé caer en la cama con suavidad mientras escuchaba a mi tía sobre la inmensa cantidad de vestuario que tenía para elegir, pero ni siquiera podía emocionarme. ¿En serio era así como cumpliría mi sueño?

Mi móvil vibró y di un respingo. Miré la pantalla y no pude sentir una pizca de esperanza de que fuera él, pero cuando vi el nombre de Angie se fue al caño.

—Holiiii. —Saludó.

—Hola. —dije simplemente.

—¿Como se siente la mejor bailarina del mundo? —Dijo con evidente emoción.

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