Los borrachos no mienten

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Separé nuestros labios lentamente y pegué mi frente a la suya.

—Hola. —Le devolví el saludo.

Acarició mi mejilla con sus dedos y me dio un beso en la punta de la nariz.

—Creo que deberías volver allá. —Señaló el plató con la barbilla.

Me dejó en el suelo y lo miré a los ojos. A pesar de la oscuridad en el teatro sus ojos seguían siendo incluso más hermosos que a la luz del día.

—Anda, ve. —Me apuró.

Sonreí y le di un pequeño beso en los labios para después salir corriendo hacia el plató. Lo vi sentarse junto a mi tía.

Los jueces me dieron su opinión mientras yo solo podía pensar en Luka y que estaba sentado a unos metros de mi. Me fui a la parte de atrás y algunos competidores me elogiaron por mi actuación. Me senté en una silla y agarré el colgante.

Cuando llegó el momento de elegir el ganador todos los competidores nos situamos en el plató. Ya no habían sonrisas ni chistes, solo una tensión cargada de nervios.

El presentador miraba los resultados y luego a nosotros sumandole a la noticia un suspenso que al menos a nosotros nos tenía mal.

—Y el ganador es…—hizo una pausa demasiado larga y miró el sobre. Leyó el nombre para si mismo y luego miró al público. —¡Broadway Mason!

Me llevé las manos a la boca y miré a los demás.

¿Broadway Mason? ¡Dijo Broadway Mason!

El teatro estalló en gritos y aplausos mientras yo seguía teniendo un cortocircuito en mi lugar. Una lluvia de papelitos dorados había estallado en mi cabeza y se esparcian por todos el piso.

El presentador se me acercó y me dio un abrazo y fue cuando por fin reaccioné. Le devolví el abrazo y sonreí. Un hombre de la producción trajo el trofeo y se lo dio al presentador.

—Esto es tuyo. —me lo entregó.

Miré hacia el público y levanté el trofeo en alto riendo. Por Dios había ganado, ganado de verdad. No estaba soñando.

Los chicos bajaron corriendo hacia mi y Angie literalmente se abalanzó encima de mi y me derribó en el piso. De no ser porque mi tía atrapó el trofeo la estatuilla se hubiera destruido.

—¡Dios mío sabía que ganarías! —Dijo entre cada beso que me daba por todo el rostro.

—Si si, ya vale, me has llenado el rostro de labial. —Susurré tratando de apartarme.

Se alejó un poco y luego se me acercó Jacob. Me cargó en brazos y me abrazó con fuerza. Me dio un beso en la frente y dejó que mi tía me apachurrara entre sus brazos.

Por último quedé frente a frente con él, con Luka. Me estaba sonriendo y yo podía sentir como las mariposas en mi estómago aleteaban locas. Dio un paso hacia mi y de un solo movimiento me atrajo a su pecho.

—Siempre supe que ganarías, tenías al mejor profesor. —Bromeó.

—Y tú la mejor alumna. —Me separé y le di una palmadita en la mejilla.

—Te lo mereces, enserio. —Su tono se volvió más serio.

Sonreí y acaricié su mejilla con mis dedos. Dios no había pasado ni un día y lo había extrañado tanto.

—Puso su brazo encima de mis hombros y enredé el mío en su cintura. —Ahora hay que celebrar.

Me volteé hacia los demás y las miradas que me lanzaron Jacob y Angi hicieron que me carcomiera la conciencia por no haberles contado nada. Pero, ¿qué les iba a contar?

¿Cuánto vale un sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora