Capítulo 4

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El peliblanco había elegido un elegante y lujoso restaurante, lleno de gente con dinero, cosas caras, autos y demás, para nada del gusto de Sasuke, Suigetsu sabía que su novio era sencillo a pesar de tener dinero, pero quería que fuera algo bonito.

El restaurante era grande, pero con pocas mesas, bastante exclusivo. Tenían un baño personal, un camarero solo para ellos y también un televisor.

La conversación iba muy bien, platicaban sobre el día a día. Siempre que podían conversaban por llamada, pero no era todos los días y también eran cortas, por lo tanto estaban actualizando información importante y banal.

— Espera, debo ir al baño.— dijo su novio parándose de la mesa, le hizo un pequeño cariño en el cabello y tomó su rumbo hasta el baño.

Sasuke solo sonrió, ya estaba algo aburrido del lugar, los ruidos y a pesar de que era un lugar exclusivo y estuviera lleno de gente rica, la bulla era bastante alta, suspiró y tomó el control de la tv para apagarla, ya tenía mucho con el ruido de las otras mesas.

Estaba a punto de apretar el botón y...

— N-Naruto... — su estomago se revolvió, se contrajo y después de muchísimo años, volvió a sentir esas mariposas en su estómago, una sensación extraña, hasta sentía su rostro pálido.

Ahí estaba él, Naruto Uzumaki, su ex amigo, compañero y amor. No podía creerlo.

— No no no no no.— tragó pesadamente y sin poder moverse, miraba la televisión como si fuera algo majestuoso y horrible al mismo tiempo.

" Nuevo senador "

— Senador...? — susurró aun paralizado.

Estaba tan distinto, se le veía serio, autoritario, lleno de convicción y muy confiado de si mismo. Su cabello estaba más corto, ya no tenía el cuerpo de adolescente que conocía, su rostro estaba más masculino, sus...

— Amor estás bien? — Suigetsu lo sacó de su estado atónito y volvió a la realidad.

Apagó rápidamente la tv. — Sí. — dijo tajante y de inmediato bajó su cabeza y su mirada perdida en sus propias manos, se entristeció. — ¿podemos irnos a casa?

— ¿Qué pasó? vamosss... esperé mucho tiempo por esto.— hizo un puchero.— quedémonos.

Odiaba que su novio nunca respetara las cosas que le pedía, pero qué más da, asintió y la conversación siguió, no tan fluida como antes de que Suigetsu fuera al baño, pero dió todo su esfuerzo, a pesar de que se le hacía imposible dejar de pensar en el Uzumaki.

...

Lo había logrado, había conseguido el cargo que que había esperado con ansias. Estaba tan feliz, celebraba junto a su esposa, su equipo de campaña y algunos otros políticos importantes.

— Estoy tan orgullosa de ti. — dijo con una honesta y amplia sonrisa. — sabía que lo lograrías. — tomó a su esposo del cuello y se puso de puntitas para alcanzar los labios del rubio y depositar un suave beso.

— Te amo... — al decir esto, Sasuke se le vino automáticamente a la mente, no supo qué hacer ni que decir después, se quedó quieto y la culpa empezó a recorrer su cuerpo.

Para su suerte, Karin, su secretaria, lo rescató sin saber al llamarlo para felicitarlo.

"Bendita Karin" pensó.

...

Ya casi estaba vacía la sala, el evento había terminado y solo quedaban él y el personal de limpieza.

Le dijo a su prometida que se quedaría a hacer unas cosas, papeleo, pero esta se quejó diciendo que era un día importante y se merecía un buen descanso, y tal vez algo más... pero Naruto no quería descansar, no quería ir a casa, no quería tener sexo con ella, no en este momento, se sentía culpable, así que después de mucha charla, terminó por convencerla.

Sentado en su escritorio, con la foto de Sasuke en sus manos, recordaba y recordaba momentos junto a él.

Recordaba la primera vez que se conocieron, de como el azabache era un niño callado y serio, eso siempre le llamó la atención.

Han escuchado sobre "el extrovertido adopta al introvertido" pues así pasó.

Recordaba como de a poco se ganó la confianza del pequeño Sasuke, de todos los momentos felices que pasó con él, sus "pijamadas de dos" como solían llamarle, su sonrisa, sus teorías sobre la vida, lo inteligente y obstinado que era... también recordó la primera vez que durmieron abrazados y-

— Espera, qué. — su mente hizo "click" esa vez era una noche de invierno, tenían alrededor de 13-14 años, no podía creer que nunca había analizado esa situación y nuevamente su corazón le daba la razón, pero su cerebro seguía rechazando la idea de que pasó algo entre ellos.

...

karaoke   -𝘯𝘢𝘳𝘶𝘴𝘢𝘴𝘶ᡣ𐭩 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora