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Capítulo 17

Naruto estaba en la reunión, no podía parar de pensar, estaba completamente disociado, su corazón latía lentamente. Su cuerpo y postura denotaban tristeza y cansancio.

— ¿Señor Uzumaki? qué opina usted? — todas las miradas se concentraron en él, este reaccionó y comenzó a hablar con un tono dudoso.

Trató de responder lo más preciso que pudo, para que nadie notara su falta de atención.

...

La conferencia había terminado por fin, quería irse y descansar, pero después de lo que pasó con Sasuke no quería llegar. Tenía cuatro llamadas perdidas se su mujer, no tenía idea de qué hacer, no podía enfrentar a ninguno de los dos. Se reprendía una y otra vez, buscaba soluciones, opciones, pensaba en todo, pero la conclusión a la que siempre llegaba, era no querer perder su trabajo, ¿le servía de algo? pues claro, de eso vive, pero fantaseaba con dejar todo atrás e irse con la persona que amaba.

Por otro lado, Sasuke ya no se encontraba en la habitación, de hecho, ni siquiera se encontraba ya en la ciudad. Le tomó un par de minutos decidir, literalmente habían llegado recién, pero cuando Naruto se fue, cogió sus cosas y simplemente siguió su camino al aeropuerto. Tuvo la suerte de encontrar un vuelo que saliera pronto, tal como lo tenía planeado.

Sí, iba a dejar a Naruto, ¿pero qué más podía hacer? no quería seguir sufriendo para el resto de la vida por culpa de su indeciso corazón. Sentía fielmente que no se lo merecía, estaba triste y decepcionado, el esperaba otra respuesta de su parte, pero simplemente no pasó.

Ya estaba aburrido de esperar y esperar a que Naruto se diera cuenta.

...

El Uzumaki llegó a la habitación de hotel, con la esperanza de encontrar a Sasuke y ofrecerle salir a pasear, pero al entrar, este no estaba, ni él, ni sus cosas.

El corazón de Naruto simplemente se rompió en mil pedazos.

— Soy tan TAN estúpido. — se echó en la cama a llorar como si fuera un niño pequeño.

Pasaron los días y el rubio debía irse a casa, su rostro no tenía ni una gota de felicidad. Había llamado a Sasuke como loco, llamada tras llamada, pero nada, no respondía. Todos esos días fueron un sufrimiento inmenso para él, y aunque pensara, no sabía qué camino tomar.

Sakura se encontraba esperándolo en el aeropuerto, ansiosa de ver a su novio.

— ¡¡Aquí!! — saludaba con su mano saltando de la emoción.

Naruto al ver su rostro, un nudo en el estomago y en la garganta se apoderaron de el, incluso sintió hasta ganas de vomitar. Se tragó todo eso y caminó hasta la pelirosada tratando de verse normal.

— Te extrañé. — La chica abrazó el cuello de su esposo, lo apretó con fuerza y depositó muchos besos en su rostro, Naruto estaba inmóvil. — espera... ¿y Sasuke?

— Se fué. — dijo tajante. — podemos irnos? estoy cansado. — agachó la mirada y comenzó a caminar lentamente hasta la salida.

Sakura le siguió el paso, pero su novio se veía tan extraño que ni siquiera pudo hablar o preguntarle.

Llegaron a casa, Naruto se acostó en la cama, aún con ropa y zapatos, simplemente se desplomó.

— Amor... — la pelirosada se sentó a un lado de la cama.— puedes decirme qué pasó? por favor.

De pronto Sakura comenzó a analizar toda la situación, ella no era tonta, pero por alguna razón esta vez puede que si lo haya sido. Las reacciones de los dos, Naruto yendose de viaje con él y ahora regresa devastado, Sasuke yéndose antes de la fecha, todo empezaba a tener sentido. Tomó aire y preguntó, sintiendo miedo de cada palabra que pudiera salir de la boca de su esposo.

— Naruto... tal vez puedes engañar a los demás, pero a mi no. — el rubio la miró algo confuso y su corazón latía rápidamente.

— ¿A qué te refieres?

— Necesito saber... ustedes... — bajó su mirada sin querer escuchar la respuesta, le costaba decirlo, no quería, ella estaba enamorada. — ustedes eran, algo más que amigos?

Naruto se quedó mudo, no supo qué responder, y eso, para Sakura fue más que suficiente.

"El silencio habla más que mil palabras"

— Aún lo quieres...? — las lágrimas salían sin control alguno. — dime la verdad, te acostaste con él?

— Y-yo n-no Sakura... — suspiró rendido. — nos besamos. — ver el rostro de su aún esposa hizo que su corazón se destrozara nuevamente. — lo siento... yo no queri-

— Sí, si querías, por algo lo hiciste. — interrumpió mientras tocaba su argolla de matrimonio. Su pecho estaba tan apretado que sentía no poder respirar. — creo que esto debe terminar, me haz decepcionado de una manera impresionante. — secó sus lagrimas, ella era fuerte, no tenía ni la más mínima intención de mostrarse vulnerable con él, no otra vez.

Tomó su anillo, lo deslizó con las manos algo temblorosas, lo sacó y con un largo suspiro, dejó la sortija en la cama.

— No quiero volver a saber de ti. — se puso de pie. — tienes suerte de que soy una mujer inteligente emocionalmente. — sin nada más que agregar, salió de la habitación para irse de la que alguna vez llamó hogar.

...