El coloso

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Guíe a Garen y al rey Jarvan hasta la montaña colmillo verde por las laderas de la entrada memorial millas del sur, este era un lugar muy alejado ya que conducía hacia la última puerta del norte de Demacia, allí a unos pocos metros de la colina se veía imponente y esculpido aquel monumento sagrado, aquel ser que alguna vez protegió Demacia gracias a durand y junto a los angeles guardianes asolaron a los magos durante las guerras runicas, todos alzamos la vista hacia el coloso de petricita.

-Garen: entonces... ¿Está realmente vivo?- me miró con incertidumbre y un poco incrédulo, el pobre parecía un poco preocupado por mi cordura.

-Jarvan: Lux no dudo de lo talontosa que eres y lo comprometida que estás a salvar Demacia, pero necesito comprobar que todo lo que nos estás diciendo es real, no podemos dejar cabos sueltos- lo mire un poco decepcionada Jarvan también creía que estaba mintiendo y lo entendía probablemente cualquiera creería eso, después de todo solo era una estatua para quienes lo conocian.

-Jarvan: despiertalo- su orden directa no era necesaria ya entendía por mi misma las señales, les indique a los dos que fueran varios metros hacia atrás y que por favor tratarán de mantener la calma, ambos asintieron y me dejaron hacer mi parte.

Puse mis manos en su pies y canalice todo la energía que pude en la punta de mis dedos, el cosquilleo no tardó en presentarse pero la tierra no temblaba como lo hizo la última vez - vamos amigo te necesito- susurré estás palabras como si fuera un mantra una y otra vez, pero no pasaba nada y así por varios minutos que parecieron una eternidad.

-Garen: está bien Lux, ya dejalo- el rostro de Garen parecía decepcionado aunque no sorprendido y el rey Jarvan también parecía estar en la misma situación, los mire cortante y les advertí que no dieran un paso mas, tenía que demostrarles que era cierto, pero por más energía que infundia la estatua seguía sin moverse.

-Lux: Vamos grandote te necesito, no me hagas esto, sin ti...- me sentía frustrada, realmente, podríamos tener una mayor ventaja en la guerra con Galio de nuestro lado, las bajas probablemente se reducirían, pero sin él ¿Cuántos morirían?, Una gota de sangre salió de mis manos al contraer mis dedos, mis uñas se clavaron en mi carne al pensar en toda la sangre que tomaría está guerra - sin ti no se si podamos ganar- entonces sentí como casi toda mi energía me abandonó

La tierra empezó a temblar y yo caí de cansancio a los pies de Galio, pude ver cómo Garen tomó el mango de su espada y el rey Jarvan levantó su arma instintivamente, entonces su estruendosa voz resonó haciendo eco en el viento y los árboles

-Galio: agg si que eres un dolor de cabeza- esbozo una sonrisa y se inclino para levantarme, no digo que no me agradará este acto pero 25 metros en un segundo se siente como flotar hacia la nada, es aterrador.

-Lux: empezaba a creer que había soñado el que estuvieras vivo, ¿Porqué me hiciste esperar tanto? -

-Galio: tu voz es molesta, pero si soy honesto, no quería que infundieras energía te agotas muy fácil eres un trozo de carne débil y enclenque- lo mire falsamente ofendida pero no pude contener la risa.

-Lux: no puedes solo negarte a venir porque no te gusta mi voz, no es propio de un guardian, además ¿cómo puedes escucharme? Estaba a 25 metros de distancia de tus.... eh ¿oidos?-

-Galio: la magia no solo se usa para lanzar luces y destruir árboles, tu magia también puede hablar por ti, es más solo vine porque parece serio el asunto de la guerra, no me llamarías si no fuera algo serio-

- Lux: es cierto, lamento pedirte esto, es una situación complicada, y hay mucha gente en riesgo, sucede que en unas semanas los magos atacarán y intentaremos defendernos pero como van las cosas usarán la petricita para destruir Demacia- dije la última parte en medio de un bostezó, el coloso me observo y volvió a bajarme sin decir nada mas, quería darle más información pero no parecía interesado en oír nada mas, bajé de su gigantesca mano pero casi no pude mantenerme en pie-

TRES CAMINOS UNA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora