Lo que ha pasado

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Ey ... Ey... Debes.... Debes..... ¡DESPIERTA!

Me desperté de un brinco y me encontraba en una cueva muy extraña, todo parecía hecho de petricita, tenía una manta de piel encima y un brillante fuego crepitaba en una tenue y aterradora irrupción del frío silencio, pero nadie estaba a mi lado, tenía un enorme dolor de cabeza y al poner mi mano sobre esta noté que tenía una venda y dolia aún más si tocaba mi costado izquierdo.

-Lux: pero... ¿Qué me pasó?-

Escuché el eco de los pasos acercarse así que me acosté de nuevo y fingí dormir.

- eres demasiado torpe, duermes mucho y encima tengo que cargar contigo cada que me muevo-

¿Conocía esa voz ? No sabía porque pero aunque quería levantarme con todas mis fuerzas, mejor decidí quedarme inmóvil, no despertar y cuando se fuera podría
escapar, algo me decía que debía hacerlo.

-asi que no piensas mover un músculo ¿verdad? Bueno tal vez deba ser el "príncipe" de la historia o tal vez el asesino- despues de escuchar estás palabras sentí sus cálidos labios posarse sobre los míos y yo.... Lo abofetee.

-jaja, sabía que estabas despierta. Doblaste mal tu manta-

-Lux: ¿Cómo se atreve? ¿Quien demonios es usted?-

-espera ¿Qué? Déjate de juegos niña, no es momento de eso-

-Lux: hablo enserio, si mi hermano se entera usted irá a la orca, es usted un degenerado-

El hombre me vio visiblemente consternado.

-¿Que edad tienes?-

-Lux: ¿qué clase de pregunta es esa? Ni siquiera lo cono....-

-¡RESPONE! ¿Que edad tienes?-

Su reacción me causo miedo pero también intriga, si respondía la pregunta seguramente no habría mayor problema ¿Verdad?

-Lux: que hombre tan grosero es usted tengo 18 años los cumplí hace una semana ¿contento?-

-mierda, esto debe ser una maldita broma, mierda, mierda-

-Lux: ¿que pasa? Me está asustando-

- no te preocupes lucesita todo estará bien-

Una lágrima zarpó por mi mejilla rumbo al suelo pero la verdad no entendía porque el que me dijera lucesita causaba un sentimiento extraño en mi.

-Lux: ¿Cómo se llama?- el hombre me miró aún con una cara de incredulidad, luego me sonrió

- yo..soy Sylas-

Verlo perdido en sus pensamientos me hacía creer que este golpe en la cabeza no solo era un simple golpe, no recordaba porque estaba aquí de hecho por más que tratara de recordar el día de ayer no lo lograba, tenía miedo que algo más que sangre me hubiera abandonado ¿ Y si memoria no estaba bien?

-Lux: joven Sylas cómo es que... ¿Cómo terminé aquí?-

-Sylas: Lux, realmente no recuerdas nada ¿verdad? No me recuerdas .. ¿a mi?-

Negué con la cabeza, asustada de que evidentemente me conocía, pero gran parte de Demacia conocía a los iluminadores y el sello Crownguard así que eso no me impresionaba, él sonrió de un modo particular, parecía tener cierta tristeza en el fondo.

-Sylas: Lux, te contaré todo pero... No puedo asegurarte que vayas a creerme, solo no ... No te asustes-

Asentí firmemente decidida a calmar mi angustia, este hombre parecía conocerme y por alguna razón aunque sentía cierto desdén hacia él también estaba un poco cómoda en su compañía.

TRES CAMINOS UNA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora