devuelta a la realidad

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Sentí que pasaron unos segundos eternos antes de que hiciera su última pregunta.

- es obvio que eres maga, así que no preguntaré eso, lo interesante es que pareces ser una aristócrata que no sabe mentir, así que tampoco preguntaré el porqué lo hiciste.

Mi cara palideció, esto se había puesto extraño y peligroso en menos de un segundo, me levanté de golpe y apreté mis puños, no había dicho nada y el ya parecía conocer la raiz de mis problemas ¿Quien era este hombre? El pareció notar mi conflicto interno y comenzó a reír, yo me puse mucho más tensa, de repente me sorprendió cuando bajó su máscara y dejó ver su rostro. Tenía marcas triangulares azules en sus mejillas, unos labios que parecían ser suaves y una sonrisa blanca y pura, era realmente apuesto.

- no tienes porqué ponerte en guardia, el lenguaje corporal puede decir mucho de una persona, pero si quieres saber mi pregunta te la diré-

Trague saliva aún hipnotizada por la imagen del extraño que estaba frente a mí y simplemente asentí.

- bueno señorita Luxana ¿Acaso cree usted en el amor a primera vista?-

Sus palabras me trajeron de golpe a la realidad, amor, aquella palabra era quien guiaba mis pasos, era la que me daba fuerzas para sacrificar todo por la persona que para mí era lo más importante, si amor.
Dure minutos hondando en mis sentimientos y de pronto al salir de mi letargo y verlo frente a mí recordé su pregunta, mis mejillas se ruborizaron, mis ojos se abrieron y mi boca pronunció las palabras con molestía.

- Lux: claro que no, es usted un atrevido, como le pregunta eso a una dama.-

- oh es una lástima señorita Luxana, parece que el juego termino, es hora de marcharme-

En serio se iba a ir así de un momento a otro, sin explicación alguna, solo se iba a esfumar, sentía que mi cabeza se hacía mil preguntas, ¿cómo sabía que era maga? ¿Cómo sabía que era aristócrata? ¿Quién era? El se levantó y dio un paso dispuesto a irse entonces lo tome de la manga, ¿al menos podría saber quién era?

-Lux: enserio te irás así, ¿Te irás sin decirme ni siquiera cómo te llamas o cómo es que supiste tanto de mi? Ni siquiera te he dicho....-

El volteo y puso un dedo en mi boca, se acercó tanto que pude sentir su olor amaderado.

- ¿ahora quién es la tramposa? haces más preguntas de las que acordamos, pero... -

Me dió un beso en la mejilla y susurro

-Jarro, eso te bastará al igual que a mí este beso.-

Se apartó delicadamente de mi y sonrió de nuevo.

- toma eso como un intercambio equivalente, por cierto, siempre supe hacía donde ir, pero no perdería la oportunidad de ver esos bellos ojos de cerca-

Después de decir eso rió me hizo un guiño y sin más se fue tan rápido como vino, y ahí me quedé yo sin habla en la boca, aún con su aroma amaderado en mi nariz y tocando mi mejilla alucinada por lo que había pasado.

Tardé unos segundos en reaccionar, pero cuando lo hice sentí ira, estaba tan molesta, ¿Quién se creía que era? Debí darle una cachetada por insolente, definitivamente mi mente al igual que mi corazón marchaban a toda prisa, estaba tan impactada y molesta que no noté cuánto tiempo había pasado.

Miré el cielo como lo hago siempre que me centro para tomar una desición, ya era muy tarde y había perdido mucho tiempo, era hora de ir  a verlo, ya no importaría la comida ni ninguna otra excusa, ya no tendría mucho tiempo.

Decidí ponerme en camino a la prision sopesando mis decisiones y mi pronta confrontación con Sylas, ¿qué le diría? y ¿cómo lo tomaría el? Ni siquiera estaba segura de sí sentía algo por. Dí mil vueltas en mis pensamientos, caminé y caminé tal vez por una hora, había salido de casa hace mucho y serian tal vez las dos de la madrugada, sabía que tendría que marcharme al amanecer.

Cuando llegué a la prision un guardia me recibió, estaba bastante extrañado por mi visita a tan altas horas de la noche, le dije que terminé tarde mi trabajo con los iluminadores, que había dejado cosas importantes en sus loquers así que pasaría la noche allí y aprovecharía para visitar a los presos, pues a primera hora debía marcharme por órdenes superiores a un lugar a las afueras de demacia, le dije también que era un asunto secreto así que nadie debía saber que estaba aquí o que había venido, el guardia analizó mis palabras y asintió y muy cordialmente me guío hasta la zona de descanso de los guardias, le dirigí una sonrisa, el se tenso, titubeando me deseo buenas noches y desapareció en el corredor, dejándome sola en aquella zona con una antorcha.

Apenas él se fue yo me escabulli y comencé a caminar hacia la zona "más peligrosa" del lugar, donde se encontraba Sylas, llegué al frente su puerta, la cual tenía un seguro crusado y un candado, eso no me detendría, con una leve luz rompí el candado, menos mal este a diferencia de la puerta no era de Petricita, quité el seguro crusado, y puse mi mano sobre el pomo de la puerta, mis nervios me frenaron en seco, mi mano temblaba, mi corazón latía tan fuerte que sentía que se me saldría del pecho, había llegado tan lejos, había pensado tanto en esto y ... Aún no, aún no era capaz de confrontarlo, pero mi razón en ese momento fue mas fuerte que mi voluntad, me quedaba sin tiempo y no podía seguir desperdiciandolo, me arme de valor y gire la perilla, despacio y muy suavemente.

Cuando asomé mi cabeza pude verlo, tenía la cabeza agacha y sus ojos cerrados, en el suelo había comida que parecía ser de varios días, llena de mordidas de ratas que parecían no apreciarla en absoluto como para no terminarla junto a sus rodillas rastros de sangre y agua en el piso, mis ojos se aguaron y escurrio una lágrima por mi mejilla.

-Lux: sylas- dije en un murmullo tan bajo que parecería más un suspiro.

De repente el alzó su cara; ví sus labios partidos y con sangre, su mejilla tenía un moreton, entonces me fijé en sus ojos muy abiertos, contemplé su mirada tan bella y penetrante, esa mirada que derretía mi corazón en dos segundos y sin saber porque también vi en ella algo nuevo, sus ojos contenían un brillo de tristeza y alegría.

El cerro los ojos y me dedico una cálida sonrisa, mi corazón se partió en dos al ver su esperanza en aquellas palabras que pronunció acompañadas de aquella sonrisa.

-Sylas: sabía que volverías mi lucecita-  

Espero les haya gustado el capítulo de hoy, gracias por seguir mi historia, espero todos estén muy bien, prometo subir más partes pronto, si tienen alguna sugerencia me encantaría leerlos, feliz fin de semana. :3 

TRES CAMINOS UNA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora