Un sacrificio por amor

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Después de llorar unos largos
minutos amargamente miré a Garen quien se había quedado en silencio, creo que él entendía que no era el momento de reprochar lo que sentía, mis lágrimas seguían callendo una a una en completo silencio, pero realmente no era el momento de llorar aunque mi alma lo necesitaba más que nunca, tomé fuerzas de los mismos sentimientos que me hacían querer huir, limpié mis lágrimas con el dorso de mi mano mientras Garen observaba cada uno mis movimientos, es probable que quisiera consolarme pero sabía que si lo hacía me quebraría tan fácil como una hoja, respiré hondo y me preparé para comunicarle mi decisión sabía que si lo pensaba mucho tiempo sería más difícil.

- Lux: Garen, lo haré aceptaré casarme con el príncipe Jarvan IV.-

Garen me miró tiernamente y forzó una sonrisa llena de tristeza mientras asentía

- Garen: es la mejor decisión que pudiste tomar hermanita, se que no es lo que deseabas pero es lo mejor para ti, (sonríe) además sabes que yo estaré ahí para apoyarte siempre.-

Bajé la mirada al suelo, sonreí amargamente, sabía que sus palabras eran ciertas aún así todavía nececitaba hacer algo, todo gran acto nececita un cierre y el mío aunque sería doloroso me daría la oportunidad de decir aquello que guardaba porque ya no tenía nada que perder.

- Lux: Garen lo haré, pero tengo una condición, no me importa si tú y la tía Tiana se molestan, tampoco me importaran sus imposiciones yo...-

- Garen: me pediras verlo ¿no es así?

Asentí con la cabeza afirmando su suposición, el me miró con ira y soltó una grosería con destajo mientras rascaba su cabeza.

- Lux: lo siento Garen solo... Nececito verlo una última vez ( mis lágrimas empezaron de nuevo a brotar) debes entender que no es fácil para mí, si no me dejas verlo me escaparé y en algún momento lo haré, yo solo quiero cerrar este ciclo en mi vida, después de todo no me queda nada más, mi vida está condenada a un camino que no elegí pero que debo tomar.-

Esperaba que reaccionara con más desconfianza pero para mí sorpresa el solo se limitó a asentir, me dijo que  alistara ropa para el siguiente día pues tendría una cita con el príncipe Jarvan IV y en dos días una cena familiar donde estaría invitado a cenar, le pregunté que cuándo podría ir a hacer lo que necesitaba hacer y él solo me dijo que después de la cena podría pero que no quería saber cuándo lo haría exactamente, después de eso se levanto dio media vuelta y me dejo sola en mi habitación;  realmente lo entendía él no quería ser parte de lo que pensaba hacer pero al menos no me detendría ni me delataría y con eso era suficiente para mí.

Al quedarme sola me calme un poco voltee a mirar hacia el techo acostada boca arriba, pensé en lo que estaba a punto de hacer, ¿enserio valía la pena? No podía dejar de rondar este pensamiento, siempre quisep ayudar a que Demacia fuese más justa con los magos, si me casaba con el príncipe Jarvan IV ese sueño podría hacerse más cercano, ayudar a liberar a los magos y que las leyes sobre ellos mejoren y sean más justas con quiénes nacen con este don, pensé tanto tiempo en eso, pero a quien quería engañar lo hacía más que nada por él, quería que fuese libre y sonriera una vez más, quería que viera las estrellas en la noche y el sol en la mañana, quería también que conociera un mundo nuevo diferente al que conoció al ser apresado, de nuevo mi amarga sonrisa salió yo quería ver ese mundo a su lado, pero si no podía hacerlo al menos quería que él pudiera ser libre y ver todo esto sin mi.

El día transcurrió con normalidad y yo buscaba formas para fortalecerme, no podía vivir llorando así que busque pros sobre el asunto, el príncipe Jarvan IV era un joven de buenos modales, era simpático y .... Bueno era estricto y divertido y ..... Busqué y busqué más pros pero no encontraba muchos, solo que era buena persona, o eso especulaba porque realmente hacía algunos años que no lo veía, no sabía que tanto había cambiado, camine a mi clóset y busqué algo sencillo, cómodo y elegante para la cena del día siguiente con él, encontré un atuendo color violeta, un vestido de tirantes y caída recta con hombros descubiertos, un chal blanco con botones violeta y unas zapatillas que hacían juego, aliste todo  y volví a la cama y sin notarlo quedé dormida profundamente y así aconteció el día que esperaba fuese totalmente diferente.

TRES CAMINOS UNA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora