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El tren seguía su camino a Florida, en el vagón destinado a la orquesta femenina de Italia se oían risas, instrumentos tratando de afinarse hasta, algunas estaban practicando sus partituras, en el asiento más alejado Will trataba de relajarse no sabía cómo diablos se dejó convencer.

–Carajo...como soportan esto– miro a sus pies unos lindos tacones color rojo, que se sentían como cuchillos de tanto andarlos puestos, la peluca rubia que Beverly consiguió le daba calor y dios ese maquillaje sentía que no engañaba a nadie pero lo habían logrado.

–Cómo te va mi querida "Wanda"– Beverly trataba de no reírse realmente Will sin barba y con un buen maquillaje deba unas facciones algo más suaves y delicadas..pero la actitud malhumorada nadie podría quitársela –ahh ya quiero ver las playas! Y todos esos hombres solteros serán un manjar.–

–Beverly...debo recordarte que estamos huyendo?– Dijo molesto mirando como su amiga le importaba poco, ella solo quería un hombre que solucione todos sus problemas a veces también Will pensaba en esa posibilidad... Oh dios que tonterías estaba pensando él no era gay, solo era el estrés que lo hacía desvariar –No son vacaciones...solo quiero llegar y dormir.–

–Eres el alma de la fiesta– se burló la chica para mejor ir con las demás chicas a platicar, el tren siguió su camino, al día siguiente ya podían verse las hermosas playas con la luz del día, todas las integrantes bajaron para ir al lobby donde les asignarían sus habitaciones.

En el camino hacia el lobby,Will estaba luchando con su maleta de ropa y la Beverly también, el pianista trataba de seguir el paso pero esos tacones dios, podía jurar que Beverly escogió esos tacones solamente para mortificarlo y vengarse por todas las veces que Will le dijo a ella que no era la gran cosa usar tacones, que equivocado estaría.







No podemos casarnos !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora