10 - Redención

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No sé cuánto tiempo llevo en la ducha. Pero se que es demasiado ya que hace rato el agua empezó a tornarse fría. Aún la mayoría duerme. Yo, en cambio, no pude pegar un ojo en toda la noche, es por eso que decidí arrancar mi día más temprano de lo habitual.

Todo lo sucedido anoche y la conversación con Silver no dejaron de darme vueltas en la cabeza. Si de algo estoy segura es que Enzo no tiene ningún tipo de interés en mí, más que el de meterse en mis bragas para demostrarse así mismo que puede tener lo que se le plazca. Yo lo único que quiero es mantener cuanta distancia sea posible de él.

Cuando lo vea hoy, voy a dejar esto en claro y decidí hablar con Belén para pedir el cambio de actor. Sé que es algo que no se puede hacer. Pero quiero creer que hay excepciones, donde se tiene prioridad en el bienestar tanto de los actores como de los miembros del staff. Obviamente no voy a contar lo ocurrido, jamás haría algo que pueda perjudicar el trabajo de Enzo o de Zoe. Pero voy a dejar en claro que no me siento cómoda alrededor de él.

Una vez que salgo de la ducha me dirijo al vestuario, donde me coloco la musculosa del staff, junto con un jean negro. Pongo apenas un poco de maquillaje en mi rostro, para ahora si, ir hacia el motorhome en busqueda de mi riñonera de brochas y un saco tejido.

Para cuando tengo todos mis elementos de trabajo, empiezo a caminar en dirección al buffet. Ahora si, ya empieza a verse movimiento en el set. Hago una nota mental del horario que elegí para bañarme ya que es una buena opción.

Una vez que tengo mi latte, me dirijo hacia al pasillo de camarines. Poco a poco los nervios empiezan a hacer su aparición y tengo que respirar varias veces para lograr tranquilizarme.

—¡Ey! — Simón me saluda mientras camina frente a mí.

—Hola — le sonrío a forma de saludo.

—¿Cómo estás? Ayer de repente desapareciste — medio ríe, pero hay intriga en el tono de su voz

—Bien. Estaba cansada y preferí irme a descansar — explico.

—Es una lastima, te perdiste el placer de bailar conmigo – su gesto socarrón me hace rodar los ojos pero no dejo de sonreír.

—Supongo que tendré que esperar hasta la próxima — me encojo de hombros.

—Supongo que así será — me guiña un ojo — Aunque mientras tanto para que no sea tan larga tu espera, podríamos salir a tomar algo — su tono juguetón no desaparece pero ahora hay algo de vacilación en él.

La invitación me toma por sorpresa. Pero no quiero hacérselo notar, no quiero que piense que malentiendo su invitación. Se que es una invitación sin dobles intenciones, solo está siendo amigable.

—Si por supuesto, eso estaría bien — le sonrío y su sonrisa se ensancha.

—¿Te parece el sábado después de terminar? — Ahora si no logro ocultar mi impresión. Esperaba que quedara en algo así como "Si genial, luego arreglamos entonces"

—Supongo que sí — mi voz vacila.


—Buenos días — Todos los vellos de mi nuca se erizan al escuchar su voz. No hace falta que lo vea, todo mi cuerpo se encarga de hacerme saber que Enzo Vogrincic acaba de pasar a nuestro lado.

Simón lo saluda y continúa hablando acerca de lo que podemos hacer el sábado. Yo no puedo escuchar lo que dice. Tengo la vista clavada en la espalda de Enzo quien camina por el pasillo hasta desaparecer por su camarín.

—Supongo que ya tienes que empezar a trabajar — mi vista se clava en Simón ante su comentario.

—Al parecer sí— hago una mueca para luego saludarlo y marcharme en dirección al camarín.

ECLIPSED - Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora