Primer Arco: El Regreso del Djevel Kraiyer
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Un estrépito proveniente de los escombros, desquebraja al instante la tranquilidad que ya se había manifestado en el patio, aquel trozo de jardinera que aprisionaba al engendro, se mueve de un lado a otro hasta deslizarse a un costado; de entre la tierra revuelta, emerge una Roxán tambaleante y bastante herida, respirando con dificultad, logra recargarse en un árbol para intentar recobrar fuerzas, mientras contempla los alrededores.
-Rednaxela, et értnocne -murmuró Roxán, liberando su aura oscura.
-Está viva... -balbuceó Andrea, dando un par de pasos hacia atrás.
-¡No puede ser! -exclamó Rosy, abrazando fuertemente a Alex.
Despertando al instante, Alex aparta a su amiga suavemente para volver a levantarse antes que Roxán los ataque; frunciendo el ceño, Rosy lo jala del brazo aferrándose a su pecho, evitando así que pueda moverse de su lado.
-Alex, ni creas que voy a dejarte ir -dijo, abrazándolo más fuerte.
-Tranquila Rosaura, no me va a pasar nada -respondió, acariciando su cabello.
-¿Lo dices en serio? -preguntó Rosy, soltándolo.
-Es una promesa -afirmó Alex, besándola en el párpado oculto tras su fleco.
Sin más que decir, Alex avanza en paralelo del edificio, dirigiéndose de inmediato al estuche que contiene su violín, ante esto, Roxán reacciona lanzando ensordecedores alaridos, además de golpear violentamente el tronco; liberando toda su aura, su cuerpo es envuelto por un manto de luz grisácea, dentro del cual se puede oír el crujir de huesos regenerándose, así como el sonido de órganos sanándose y heridas cicatrizándose rápidamente.
Inundada por la sed de venganza, Roxán rebana el árbol donde reposaba con un golpe de sus filosas uñas, para luego salir corriendo en busca de Alex; a medida que avanza, todos los que la miran se paralizan ante su sola presencia.
-¡Ereum! -gritó Roxán, lanzando un potente garrazo.
A punto de ser atravesado, Alex cierra los ojos ante los gritos de la concurrencia que no dan crédito a lo que acaba de hacer; sin embargo, las uñas de Roxán lo traspasan, como si se tratara de una especie de espejismo.
Frenándose al instante, arremete una vez más contra Alex, quien continúa con los ojos bien cerrados y completamente inmóvil, uno tras otro, los golpes de Roxán pasan a través de su cuerpo sin causarle daño alguno; tanto Rosy como el resto de los espectadores, no pueden dejar de ver atónitos lo que ocurre, siguiendo sus movimientos con el simple sonido que ella produce, finalmente abre los ojos para patearla en las costillas y enviarla al suelo.
Aprovechando esto, Alex da una voltereta para tomar el estuche y extraer tan rápido como puede, tanto su violín como el arco; por su parte, Roxán quien ya consiguió levantarse arremete a toda velocidad contra su oponente, el cual vuelve a cerrar los ojos.
-¿Rop éuq on odeup etrecah oñad? -preguntó Roxán, sin dejar de lanzar golpes.
-Porque tú, no eres la Roxán real...
Alguna vez mi hermana me habló de los seres como tú, no eres más que una miserable Umbra Miraju, dicho en otras palabras, solo eres una sombra espejismo; la verdadera Roxán, o como sea que se llame, está a miles de kilómetros de aquí.
Los Miraju son seres formidables, dotados con las características más destacables de sus amos o creadores, salvo por dos fallas fatales, una de ella radica en que no pueden atacar en zonas oscuras, pues necesitan de luz para poder materializarse; la segunda es muy simple, mientras no te vea jamás podrás lastimarme, al mantener mis ojos cerrados, tú pasas a ser un simple espejismo... ¡De qué te sirve tu gran fuerza, si no eres capaz de tocarme!
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El Réquiem de Alessa
General FictionAlexander D'veró, un chico de trece años de edad, tan ordinario como cualquiera de esa edad, salvo por el hecho, de haber sido responsable del accidente donde perdió la vida su hermana mayor cuando apenas eran unos niños; tras aquel acontecimiento...