Capítulo 8: Una cruda realidad

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Primer Arco: El Regreso del Djevel Kraiyer

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Sin deseos de responder a sus agresiones, Alessa se mantiene pasiva aguantando todos sus reproches, maltratos y hasta los golpes de su dolido hermano quien, en un arranque de ira la arrastra hasta una pared cercana para azotarla contra esta; sacudiéndola con fuerza de atrás hacia adelante, Alex la mira con ojos mortales, mientras le grita la palabra "por qué" repetidas veces, hasta arrojarla finalmente sobre la cama.

Exhausto, Alex se aparta hasta el otro extremo de la habitación, dejándose caer sobre el piso de madera tratando de recobrar el aliento, sin pensarlo siquiera, Alessa es ahora quien se levanta, para colocarse en cuclillas delante de él; sintiendo su presencia, la atrae contra su pecho abrazándola con algo de resentimiento, pero a medida que avanzan las cosas, todo ese coraje, va transformándose una vez más en afecto.

-Ahora sí duró tu rabieta -dijo Alessa, sacudiéndole el fleco.

-Pues, que esperabas -respondió Alex, dándole un golpe juguetón en el hombro.

-A ver... ¿Qué pasó? -preguntó Rosy, viéndolos con ojos malvados.

Sin poder contenerse, ambos hermanos comienzan a carcajearse, mientras se abrazan una vez más, añadiéndose al regocijo, Alexia se monta sobre Alessa, frotando su cabeza entre sus manos y pecho; por su parte, Alex le acaricia el lomo y le da un par de palmadas suaves, a lo que ella responde con lamidas sobre su rostro, desconcertada ante lo que acaba de pasar, Rosy les arroja una de las almohadas, para luego golpearlos en la cabeza con la otra.

-Perdón chica, es que así arreglamos las cosas entre nosotros -dijo Alessa-, yo sé que es poco ortodoxo, pero nos funciona.

-¿Qué cosa? -preguntó Rosy, abriendo la boca por la impresión.

-Así es Rosaura, de esta forma sacamos toda nuestra frustración y al final, volvemos a contentarnos -intervino, dándole un guiño muy feliz-, fue idea de Alessa... ¿No es linda?

-Sí... "Linda" -respondió irónicamente Rosy, partiendo la almohada por la mitad.

Notando su aura malvada, Alex al igual que su hermana corren con Rosy para intentar calmarla, luego de unos minutos de diálogo, consiguen regresarla a su estado habitual, no sin antes recibir un golpe en la cabeza de parte suya; sobándose por el dolor, Alessa recoge todos los pedazos de la almohada para reformarla a su estado anterior, hecho esto, toma sus manos y los dirige hacia la cama, una vez sentados en esta, ella se coloca en medio de ambos.

-Bueno, ahora que ya les conté todo, pueden comenzar a hacerme las preguntas que quieran -dijo Alessa, apretando sus manos-, ya no me queda mucho tiempo, empiecen de una buena vez.

-Bien... ¿Cuánto le queda de vida a mamá? -preguntó Alex.

-No lo sé... Le dieron dos años máximo, y ya lleva más de once -respondió Alessa.

-¿Quién es Sia? -preguntó de nuevo Alex-, lo único que entendí, fue que esa tipa es la responsable de interferir con el flujo natural de los eventos.

-Mira, con respecto a ese tema... Me imagino que ya conociste a Fátima y a Sasha, ellas dos podrán contarte todo al respecto -respondió Alessa, bajando la mirada-, también puedes aprovechar, para preguntarles sobre otras dudas que tengas.

-De acuerdo -expresó Alex, no muy convencido.

-¿Esa tal Sia, fue quien mandó a esos monstruos con los que lucha Alex? -preguntó preocupada Rosy, colocándose entre ambos.

-No, fue otro sujeto -respondió Alessa-, eso también, pueden preguntárselo a ese par... Ellas lo conocen bien.

-¿Es verdad, que tengo un aura rubí dentro de mi cuerpo? -preguntó Alex, tocando su pecho con ambas manos.

El Réquiem de AlessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora