Capítulo 25: Una Yurei enamorada... Parte Final.

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Segundo Arco: El Síndrome de Cryzta

🐑⭐⭐

-Tendré que contártelo: (...)

Yo iba caminando por el pasillo del treceavo piso, cuando me encontré la puerta de la habitación abierta, quise entrar a disculparme con Alex, pues al igual que Alondra, yo me quedé callado y negué todo el asunto; sin embargo, lo que vi me dejó petrificado, Rosy estaba sobre él abrazándolo y besándolo, cosa que él disfrutaba, pues la jaló hacia su pecho para así besarla, al menos, hasta que ella tocó el tema de su resurrección.

-Cariño, debo decirte que también te mentí, quise decírtelo desde el día en que nos conocimos -Rosy le dijo, mientras se alejaba de Alex-, yo soy una Yurei, una fantasma.

Incluso yo me quedé en shock, pues jamás me cruzó por la mente, que ella fuera una de esos monstruos; aunque lo que terminó de quebrarme, fue la respuesta de Alexander, pues ni en mis sueños más locos, cruzarían las palabras que le dijo.

-Y eso que... -Alex le respondió, completamente tranquilo.

-Alex... ¿Acaso no me escuchaste? -ella le preguntó, viéndolo con enojo-, yo soy una Yurei, una fantasma... ¡¡¡Ni siquiera estoy viva!!!

-Pero, yo he escuchado tu corazón, respiras, comes y hasta... Bueno, tú sabes a qué me refiero -Alex le respondió, aun con la voz tranquila-, en todo caso, a mí no me importa que estés o no viva, te amo y nada ha cambiado.

-Lo que mencionas, todas las funciones vitales que se llevan a cabo, es por el hecho de tener cuerpo físico, pero no lo necesito "para vivir" -Rosy le expresó, tocando su pecho con ambas manos-, soy a lo que se le conoce como: "Una muerta viva".

Después de revelarle esto, Rosy camina hacia la ventana, para dejarlo asimilar todo lo que le dijo, su rostro reflejaba una desesperación incluso mayor, a la que vi en la sala de espera; estaba llorando en silencio, deseaba acercarse de nuevo, pero era tanto su miedo al rechazo de Alex, que se mantuvo parada por cerca de quince minutos, cuando finalmente se animó a acercársele, hasta yo quedé conmocionado ante lo que vi.

-Acaso... ¿No prometiste que me besarías, hasta que me fastidiara de ti? -Alex le preguntó, extendiéndole los brazos-, llevo quince minutos esperándote, así que ahora ven.

-Mi amor -Rosy le susurró, para después lanzarse sobre él-, no sabes lo feliz que me haces, mi borreguito hermoso... Gracias por perdonarme.

-¿Perdonarte qué? -Alex le preguntó, mirándola fijamente-, revelaste tu secreto, no te importó nada con tal de salvarme... No me interesa si eres una fantasma, un demonio o incluso un unicornio, te voy a seguir amando por toda la eternidad.

-En serio, que a veces eres tan "báka" -Rosy le respondió, aun soltando un par de lágrimas de felicidad-, jamás te desharás de mí, eres mío, mi borreguito esponjoso.

-¡¿Ya aprendiste la jerga de Lucy?! -Alex le preguntó impresionado, para después agarrarle suavemente el cabello-, bueno, en ese caso, soy tú "báka", tuyo y de nadie más.

No sé qué significa esa palabra, pero, se la dijo en una forma tan juguetona, que ella volvió a abrazarlo y prácticamente se lo comió a besos, mientras le susurraba al oído cosas que ya no alcancé a escuchar, pero estaban muy sonrojados; luego de eso, solo se recitaron promesas amorosas, hasta que a Alex le dio sueño, en ese momento, Rosy se acomodó en su pecho, para poder dormir abrazada encima de él, justo como los encontramos.

(...) Y básicamente, sería todo lo que pasó dos horas atrás -explicó Rubén, tocando su hombro-, sé que debí contártelo, pero no me imaginé que vendrías a verlo.

El Réquiem de AlessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora