Kayla
Al despertar estaba en el suelo de mi oficina, me habría caído de la silla mientras dormía. Me puse de pie, me dolía la espalda, seguramente por haber dormido en una silla.
Miré los papeles en mi escritorio, no me acordaba bien de que había hecho la noche anterior.
-Kayla- El cuervo habló- Umbra ha proporcionado mas información. ¿Quieres oírla o la paso a tu marca?
Había aprendido mucho de la marca estos últimos días, bueno, semanas.
Las marcas servían de mucho para la gente con habilidades. Se podía transmitir información a través de ellas, muy practico la verdad.
También para proyectar pensamientos, o cosas de tu cerebro.
- Pásalo a la marca, no tengo mucho tiempo, hoy hay un a misión importante, voy a ir- dije mientras me vestía con ropa cómoda pero segura para salir fuera.
Había amanecido soleado, con rastros de una lluvia hace unas horas.
Los del club de tecnología habían estado investigando los horarios de la lluvia, y habían conseguido intentar predecir cuándo iba a haber una lluvia. Hoy no había prevista ninguna.
Salí del despacho con unos aires alegres, por fin iba a salir, a explorar; debo admitir que estar encerrada me estaba causando muchos dolores de cabeza.
- Buenos días Kay- Saludó Allie una vez estuve dentro de la cafetería- ¿No vas de tu característico color rojo?
- No Allie- dije emocionada- Hoy voy a salir, al fin
- ¿Cómo es que no has salido antes?- preguntó ella
- ¿Eh?- la miré confundida
- No se, como eres la líder puedes salir, no se...
Me quedé pensando, ni yo misma se porqué no he salido en todo este tiempo
Unas chicas entraron a la cafetería, me miraron mal y se fueron.
- ¿Qué estoy haciendo mal?- pregunté con la cabeza baja- Dime Allie
- Kay...- Allie salió de la barra que nos separaba y me hizo sentarme. No las hagas caso, solo quieren hacer sentir mal a la gente, son como era yo...
- Tu has mejorado, Jake ha mejorado, July ha mejorado, ¡Incluso mi hermano ha mejorado!- Dije- ¿Qué estoy haciendo mal para que me odien los mismos que me votaron, que estoy haciendo mal para no mejorar?
- No usas tus habilidades como están destinadas a usarse- La voz de Anabeth sonó en la cafetería, allí estaba ella. En la puerta de la cafetería, con Lavender a su lado- Tampoco pides ayuda...
- Ana... Ya- Calisto intentó pararla, pero alguien le echó: Alec
- ¿También te encariñas con los jefes?- el chico se revolvió el pelo, en su mano pude ver un trébol negro dibujado- Cal, tío, decídete por un bando.
- C-Como- dije mirando a Allie- ¿T-Tu estás con ellos?- señalé a Alec
El sonrió maniacamente, sacó una baraja de cartas del bolsillo de su gabardina. Sacó la carta del cuatro de rombos y la colocó en el suelo.
De la carta salieron un montón de flechitas dirigidas hacia Allie, yo me puse delante suya y extendí mi brazo hacia adelante; cerré los ojos y no noté nada chocar contra mí. Cuándo los abrí, las flechas estaban paradas en el aire
- Así que es una mixta- El chico se empezó a reír y se dio la vuelta- ¡Que buena misión me han asignado!
Se fueron todos fuera salvo Calisto, el se acercó y me dio una nota.
"No dejes que Jake se quede solo en la misión"
¿Qué pasa?, Algo va a pasar, y no creo que sea nada bueno.
Subí las escaleras y fui al cuarto de Jake, escuché un ruido de algo rompiéndose, abrí la puerta rápido y lo vi completamente cansado, con unas ojeras enormes y con el pelo despeinado. Tanía todas las paredes de ese cuarto con papeles de rutas de autobús. Había una jarrón que reconocí enseguida, roto en pedazos en el suelo.
- Jak....- no terminé la frase
- ¡SAL DE MI CUARTO POR FAVOR KAYLA!- Al oírlo hablar con ese tono algo se rompió dentro de mí. Cerró la puerta de golpe, yo me senté dándola la espalda y empecé a llorar.
Me sentía inútil, no podía haber comprendido los sentimientos de mi amigo peor, ¡Y mi poder trataba de eso!
Ahí estaba yo, llorando, lo único que sabia hacer. En un pasillo vacío, con mi mejor amigo en la habitación detrás mía, enfadado conmigo por quien sabe que.
Escuche un sollozo detrás de la puerta, supuse que sería Jake. Me quedé ahí y de repente dejé de llorar.
Me levanté y llamé a la puerta
- ¿Puedo entrar?- pregunté en bajito
Oí que se abría el pestillo, abrí la puerta y le vi en su cama tumbado con los ojos hinchados.
- ¿Cómo has abierto la puerta desde ahí?- pregunté
- Mi segunda habilidad- dijo sentándose en la cama- Perdóname por lo de hace un rato
- Perdonado- le abracé y el me devolvió el abrazo- Ahora explícame porqué estabas enfadado
El giró la cabeza, no quería decirlo. Asentí y me levanté, giré la cabeza para ver su habitación. LA había decorado muy bien, yo sin embargo, no había cambiado nada
- Me acuerdo de esta sala- dije- Veníamos aquí en arte, a hacer cosas con cerámica...
Miré el jarrón que estaba tirado en el suelo
- Lo siento- dijo recogiéndolo
- No es para tanto- dije tranquilizándole- No es mas que un jarrón
El bajó la cabeza
- Eh, tranquilízate- dije cogiéndole la cara con las manos- Que hoy vamos a salir afuera, a la urbanización.
- Es verdad- dijo levantándose para coger una cosa de su escritorio- Toma
Abrió el puño y se vio una pulsera, parecía un reloj. La cogí y me la puse
- Si en algún momento estás en peligro toca la pantalla dos veces- dijo- Vamos, cuanto antes salgamos, antes llegaremos al cumple de Abby
- ¡Es verdad!- Volví en mi- El cumple de Abby. Lo celebrará después de la misión ¿No?
- Si- dijo el sonriendo aún con los ojos hinchados- Vamos a prepararnos, vamos a ir en bus, conduce Cal.
Tragué saliva y salí junto con el de su cuarto. La emoción seguía en mi interior.
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Diario de un apocalipsis
Science FictionKayla es una chica de 13 años, un día tranquilo en su instituto empieza a llover fuera, pero no es lo que parece.