Narrador omnisciente
Una niña de cabellos naranjas caminaba por el hall del instituto esperando a alguien mas: Jake, Kayla, Alex, Lavender y Drake.
Todos esos iban a ir a esa misión, y como para no hacerlo; iban a ir a la urbanización a las afueras de Crowtown, donde vivían muchos de los alumnos del colegio e instituto
La chica se paseaba por la entrada del instituto, daba vueltas por esta mordiéndose las uñas.
- ¿Dónde están?- Abby estaba impaciente por salir del pueblo- Ah, ahí estaban. ¡Vamos, el tiempo es oro!
- Vale, tranquila Abby- Jake la acarició el pelo- Vamos, es hora de salir. Salir a la urbanización.
El equipo de cuatro personas salió del centro:
Abby, Jake, Kayla y Lavender iban al Autobús, aparcado en el patio del instituto, pero que había sido sacado para esta misión.
- Allá vamos- Jake subió y se sentó casi al fondo
-¿Conduces tu Lavender?- pregunté
Calisto asintió y yo seguí a Jake, nos sentamos en el lugar en el que nos solíamos sentar antes.
- Me pido ventana- dije alegremente robándole el sitio- Ja, ya van ciento setenta y seis veces que me siento en la ventana.
- ¿¡Que?!- Abby se había sentado delante- ¿¡Tantas veces?!
- Si- presumí ante la discípula de Jake- Exactamente todas esas veces...
- ¡Tortolitos, dejar de coquetear, que hay una niña!- Calisto bromeó desde el asiento del conductor.
Jake sacó el teléfono, empezó a ver fotos antiguas. Una de su primer día de instituto, cuando conoció a Kayla en el autobús.
- Sabes Kay- dijo Jake sin apartar la vista del teléfono- Ya van cincuenta y nueve veces que te dejo sentarte en la ventana, desde ese día.
Se quedó callada por un instante, no entendía nada.
- Desde ese día- siguió pasando las fotos- Desde ese maravilloso nueve de septiembre a las ocho menos cuarto de la mañana. Tu, una persona mas del autobús, consiguió darle luz a mi vida llena de oscuridad.
La miró con una sonrisa mostrando los dientes, a lo que la chica giró su cabeza y miró por la ventana.
- Pues vaya tontería- dijo Kayla- Dejarme ganar cuando podrías ganar tu.
Hace un año
Que puedo ir sola mamá- una chica se quejaba de que su madre no la dejaba en paz en la parada- Vete por favor, que me vas a dejar en ridículo delante de todos.
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Diario de un apocalipsis
Science FictionKayla es una chica de 13 años, un día tranquilo en su instituto empieza a llover fuera, pero no es lo que parece.