Capitulo 6
Abril 30, 2007
Los meses habían pasado muy rápido, y Ana cada día amaba más a su bebe. Ya teníamos ocho meses en Suiza y toda la cuestión de la adopción estaba arreglada. No habíamos hablado de eso en mucho tiempo y yo estaba iluminada por el crecimiento de mi sobrina. Habíamos averiguado el sexo en el cuarto mes. Ana no había querido colocarle un nombre, pero en mi mente yo la llamaba Julia. Era un nombre precioso para mi preciosa sobrina.
El año nuevo había sido difícil, sin estar rodeada de Roger y Manuel, pero habíamos tenido una linda cena, a la luz de las velas, con villancicos y un programa de cotilleo que celebraba el fin de año en Porto Alegre. Ana lo había logrado conseguir en línea.
A pesar de todas las dificultades que habíamos tenido que pasar para estar aquí, no me arrepentí ni un segundo.
Lo único que en realidad era un tema difícil para mí era la adopción, pues me había encariñado con esa pancita gigante de Ana. Y Ana...
Ella no quería encariñarse con la criatura pero era imposible. Lo veía en sus ojos en cada cita con el médico, esa mirada orgullosa, llena de amor, cada vez que el doctor decía que la bebe estaba en un estado saludable.
Hoy, estábamos en la última visita médica, pues ya el doctor había predicho que la bebe nacería el 9 de mayo. Ana tenía miedo, pero sabía que no podía esperar. Mi madre solo se mantenía al margen, pero siempre le daba un recordatorio a Ana que, en realidad, ese bebe nunca seria suyo. Y a Ana se le hacía cada vez más difícil la idea.
Mayo 7, 2007
Recuerdo ese día como si hubiese sido ayer...
Estábamos a mitad de la noche. Ana se había levantado para ir al baño y al escuchar sus pisadas yo me había despertado. Se había estado sintiendo mal los últimos días, con fuertes dolores en la cadera. El médico había dicho que era completamente normal, al igual que algunas que otras contracciones, que no debíamos preocuparnos, pero con la fecha del parto tan cerca, me agobiaba muchísimo más el estado de Ana.
Me levante y me coloque mis pantuflas y albornoz de lana. Tome el de Ana, pues seguro se había olvidado de ponérselo. Me preocupe aun mas cuando escuche leves gemidos de dolor, apure el paso y me acerque al baño rápidamente.
Ana estaba en el suelo, retorciéndose del dolor, alrededor de un líquido transparente y pastoso. Había roto aguas. Solté su albornoz y me arrodille a su lado.
-Ana, cariño... respira conmigo.- ella levanto sus dulces ojos llenos de dolor hasta los míos.-Respira.
Ella empezó a inhalar y exhalar.
Una y otra vez, una y otra vez...
Ana sollozaba, y yo solo le pregunte cada cuanta tenia las contracciones. No lo sabía exactamente, así que me puse manos a la obra.
Lo primero que hice fue levantar a Ana del suelo con dificultad, le cambie el pijama y la abrigue bien. Ella lloraba, y había soltado varios gritos. Yo me quede en mi pijama y tome la maleta que había hecho para Ana y Julia. Mi madre y yo habíamos ido a comprar la ropa pos-parto de Ana y la de Julia... nos la había enviado la madre sustituta. No podía concentrarme en eso. Solo debía pensar en Ana y Julia.
Nuestra pequeña Julia.
Mi madre se despertó gracias a un poderoso grito de Ana y las tres nos subimos al auto, mi madre iba con Ana atrás y yo conducía como loca, mas rápido de lo normal. Mi madre, mientras le daba indicaciones a Ana, me decía la dirección del hospital.
Apenas llegamos a Emergencias varias enfermeras se llevaron a Ana y como mi madre no entendía lo que decían decidí acompañarla yo. Las enfermeras, al ver que yo no hablaba suizo, me hablaron en un rustico ingles. Podía defenderme con el inglés.
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La Vida Sigue
RomanceAna y Manuela son hermanas inseparables, invencibles, que siempre han estado para la otra. La circunstancias de sus vidas, tan distintas las hacen aprender día a día que la vida sigue, sin esperar, sin detenerse. ¿Podrán Ana y Manuela lograr superar...