Capitulo 10

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Capitulo 10

Septiembre 24, 2007

Supe que era un error.

No podíamos huir de nuestra vida como si fuese nada. Yo tenía una carrera, Ana tenía su tenis y no podíamos mantener a Julia con un trabajo corriente. Pero mi hermana solo quería irse, huir de mi madre, de los reporteros... de Puerto Alegre y no había mejor lugar que la casa de la abuela, la cual solo nos quedaba a unas pocas cinco horas.

Ana había planeado todo de manera meticulosa. Ya había hablado con la abuela, había coordinado el traslado de las cosas de Julia e incluso se había inscrito en un pequeño torneo. Hasta había contratado a una nueva entrenadora y hablado con la agencia que manejaba su campaña.

Solo que yo no podía resolver mi vida de esa forma. Ana tenía una carrera ya prospera, pero yo apenas estaba empezando a construir la mía. Además, en mi mente siempre estaba Manuel y Roger, pero sin Ana eso no valía la pena. Así que ahora acomodaba la ropa de Julia en un pequeño bolso que Ana me había dado.

Había congelado mi semestre de nuevo y ya tenía parte de mis cosas empacadas, algunos libros, la mayoría de mi ropa y los portarretratos que decoraban mi habitación. La mayoría de las fotos eran con Ana y las ecografías de Julia también estaban enmarcadas, además de su primera foto. No tenía nada de mi madre, no valía la pena.

Ana estaba en su entrenamiento, aunque nos iríamos esa misma noche. Tenía que mantener las apariencias, pues nadie sabía que nos escaparíamos en medio de la noche y mentirles a mi familia se hacía cada vez más difícil. Habíamos quedado en que yo conduciría, pues Ana no sabía conducir. Todo por el tema del tenis y su ocupada vida. Yo era una buena conductora, y llevaría a mi hermana y a mi sobrina seguras hasta Gramado.

Poco sabía yo lo que pasaría.

El día transcurrió según lo planeado. Hice la cena, dormí a Julia, la deje en su habitación y fui a la mía. Me vestí esperando que se hiciera la hora acordada.

Cuando el reloj dio las doce, Ana y Julia ya estaban listas. Bajamos rápidamente con nuestras cosas y nos montamos en el auto. Julia iba feliz en su porta-bebes, y Ana y yo estábamos en la parte delantera, algo nerviosas.

-Todo va a salir bien- le dije a Ana. Ella me sonrió y tomo mi mano. Fue la última vez que sentí el calor de su mano contra la mía.

-Se que todo va a estar bien. Siento que todo va a mejorar... que voy a hacer una vida nueva, contigo, con mi hija... - sus ojos... sus ojos me miraron tristes- Aunque no es fácil dejar a mi madre atrás.

Ese viaje es un recuerdo agridulce.

Tomamos la autopista con la música a tope, nos entretuvimos hablando sobre todo. Entonces, llegamos al puente y Julia empezó a llorar. Mire para atrás solo un segundo, entonces el auto se coleo. No se como, ni porque. Solo trate de controlarlo. Trate de mantenerlo estable. Quedamos justo en el medio de la carretera.

-Ana, ¿estan bien?- pregunte. Ana me miro, palida y asintió. Julia lloraba y ambas intentamos consolarla.

-Mama esta aquí- dijo Ana...

Esas fueron sus ultimas palabras.

Un camión nos choco. No se por donde, solo se que el auto dio varias vueltas. Trate de proteger a Ana, pero no podia. El impacto contra el agua nos sorprendió. Me golpee la cabeza con el vidrio de mi ventana y todo se volvió negro.

Desperté cuando estabamos bajo el agua. Ana no podia desatar su cinturón. Trate de romper el vidrio, tenia que sacarlas... no podia hcerlo. Intente con mi cinturón, y lo logre. Nade directo hacia Ana y ella negó con la cabeza. Señalo a Julia. Ella quería salvar a su hija... y yo quería salvarlas a ambas. Volvi a intentar romper el vidrio, con todas mis fuerzas. Ella me toco el hombro y negó con la cabeza. Nos estábamos quedando sin oxigeno...

... y necesitaba salvar a Julia. Ana solto el oxigeno que la mantenía con vida y cerro los ojos. No podia mirar atrás. Julia estaba inconsiente asi que me apresure. Todas íbamos a morir si yo no me movia pronto. La desate, la lleve contra mi pecho y empecé a subir, dejando a Ana atrás en todos los sentidos.

Llegue a la superficie con un jadeo y Julia milagrosamente despertó llorando, en busca de aire. La lleve hasta la orilla y la deje allí. Tenia que volver por Ana.

Entonces un hombre corrió hacia nosotras, con el rostro lleno de preocupación. Le dije a gritos que buscase a mi hermana. Que estaba en el auto, inconsciente. El se sumergió mas de una vez, y yo temblaba esperando que sacara a mi Ana.

Todas nuestras cosas... toda nuestra vida estaba en ese auto. Y Ana se había quedado allí. Sostuve a Julia mientras esperábamos... y la espera se hacía tan larga, tan angustiante. Cuando por fin los vi salir a la superficie, una parte de mi supo que Ana se había ido.



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