Yoshiko

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Después de reunirse en su hotel, registrarse y dejar su equipaje en sus habitaciones, sus maestras  les habían dado instrucciones para reunirse con sus grupos, explorar un poco la ciudad y cenar algo.

Yoshiko y Riko caminaron por las calles de Praga, sus manos entrelazadas mientras miraban boquiabiertas el hermoso paisaje que los rodeaba.

Después de caminar un rato, el grupo había decidido un lugar para cenar.

Yoshiko se sentó frente a Dia, quien tenía la mano apoyada cómodamente sobre la rodilla de Hanamaru debajo de la mesa. No pudo evitar sentir la amargura en su lengua al pensar en un toque pequeño pero significativo como una mano en la rodilla. Desvió la mirada hacia el menú, donde encontró una de las opciones seguras para acompañar su almuerzo.

—Lástima que no tengan alitas de pollo, nena. ¿No es ese tu destino?— Riko bromeó, colocando su mano en la pierna de Yoshiko.

Ella la miró —No— murmuró, con un pequeño ceño fruncido en su rostro —Por lo general, siempre habrá una hamburguesa.

Riko negó con la cabeza levemente, con una pequeña sonrisa jugando en sus labios —De alguna manera no estoy sorprendida.

Yoshiko no pudo evitar sentir sus labios curvarse en una pequeña sonrisa mientras miraba a Riko, quien luego miró su menú, lo cual fue suficiente para que Yoshiko olvidara que tenían una audiencia de tres.

Riko levantó la vista del menú y miró a Hanamaru —Ayer, decidimos probar diferentes tipos de comidas alemanas y descubrí que Yoshiko es, como, la persona más quisquillosa del mundo. Odia todo, especialmente las verduras...

—Verdes.— Hanamaru terminó su oración, con un dejo de celos en su tono. —Si lo se.

—Yoshiko, ¿por qué tienes el paladar de comida de un niño de seis años?— Mari dijo casi de inmediato, como una forma de aclarar el aire.

Se encogió de hombros incómoda —Solo lo hago, supongo.

Yoshiko sabía que Riko estaba tratando de provocarle celos a Hanamaru, tratando de tocarle un poco las fibras del corazón, pero no sabía que algo tan sin sentido como mencionar que Yoshiko era quisquillosa con la comida la haría enloquecer así. Ni siquiera estaba segura de si estaba feliz por eso tampoco.

Un silencio incómodo se instaló entre las cinco. Yoshiko realmente no quería mirar ni a Dia ni a Hanamaru, porque quién sabe qué pasaba por sus mentes, así que sus ojos se posaron de nuevo en su menú.

Dia se aclaró la garganta como un intento de terminar la situacion incomoda —Oye, Riko, quise preguntarte esto hace como una semana, pero ¿cómo te fue en el examen de Química?

La peliazul levantó la vista de su menú y se dirigió a la pelinegra demasiado perfecta frente a ella. Sus cejas se fruncieron ligeramente mientras observaba a Dia.

—Quiero decir, si no te importa que pregunte, obviamente—. Añadió rápidamente.

Ella se rió levemente en respuesta —Oh, no me importa, obtuve un 5, en realidad.

Yoshiko no había tomado ninguna clase de Colocación Avanzada en lo que llevaba en su educación, pero lo único que sí sabía es que un 5 es el mejor puntaje que puedes obtener (eso es lo que escuchó de Hanamaru, al menos). Ella no se sorprendería de que Riko sacara ese puntaje

—¡Estás bromeando!— Dia se recostó en su silla, la sorpresa evidente en su voz.

Yoshiko miró a Riko, que tenía un pequeño rubor en las mejillas. Miró hacia abajo a la mesa, algo tímidamente, antes de negar con la cabeza —No, en serio, obtuve un 5. ¿Y tú, qué obtuviste?

Moonlight ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora