Moonlight ♡

Riko

Ella no siempre tenía razón.

Tal vez debería haberlo visto venir. Tal vez estaba demasiado cegada por sus propios sentimientos para creer que tenía una oportunidad. Todo lo que ella sintió, todo lo que se dijo entre ellas, cada momento, cada pequeño toque; todo lo que significaba algo para ella no había significado nada para Yoshiko. Y eso ella lo sabía. Al menos ahora.

Pero antes, se aferró a la esperanza de que no era la única que lo sentía. No fue hasta que fue a confesar sus sentimientos por una chica que conocía desde hacía menos de dos semanas, lista para arriesgarlo todo, cuando supo que realmente era solo ella .

Por mucho que deseara no haberlo hecho, escuchó todo. Ella lo escuchó . Alto y claro.

"... el tiempo que pasé con Riko fue genial y realmente me preocupo mucho por ella... pero creo que fue casi más una distracción porque, para mí... siempre has sido tú".

Y por eso tan pronto como volvió a su piso anoche, se rompió. Se deslizó por la pared al lado del ascensor y dejó que las lágrimas se derramaran, sin importarle si alguna de sus compañeras de clase o trabajadores del hotel la veían o no. Porque ella debería haberlo sabido. Debería haber escuchado esa voz en la parte posterior de su cabeza diciendo que era demasiado bueno para ser verdad. Su pelea con Yoshiko fue lo que más le dolió.

Todo había sucedido tan rápido. Desde prepararse para confesar sus sentimientos hasta verla besar a Hanamaru y luego alejarla lo más que pudo. La mirada de pánico en su rostro y sus palabras suplicantes se repetían en su cabeza una y otra vez. Ella la confundió. Parecía que había mucho más que decir, pero sus acciones decían algo completamente diferente. Pero ella sabía lo que vio y escucho. Quiso decir lo que le dijo a Hanamaru. Y lo dijo en serio cuando la besó. Entonces, en medio de todo su dolor, Riko terminó su amistad cuando debería haber estado celebrando con ella y jugando a ser la amiga de apoyo como lo había sido todo el tiempo. Pero no pudo. No cuando su corazón acababa de romperse.

Apenas durmió esa noche. Los eventos del día anterior se habían repetido. No pudo precisar el momento en el que se desdibujaron las líneas, en el que exactamente tuvo un lapsus de juicio, tal vez fue solo admitir sus sentimientos en voz alta en primer lugar. Después de todo, si no lo hubiera hecho, no estaría en esta situación específica.

Fue cuando Leah vino a ver cómo estaban ambas justo cuando todas habían regresado del bar esa noche.

"¿Quieres seguir fingiendo?"

La mente de Riko todavía estaba dando vueltas sobre las palabras de Yoshiko, solo haciendo que su percepción de su relación fuera aún más confusa porque... ¿qué quiso decir?

Entonces, mientras miraba la pintura frente a su cama, tratando de escuchar la conferencia de Leah sobre lo que sucedería si olvidaran sus pasaportes a la mañana siguiente, la confusión y los sentimientos que se habían estado acumulando en el transcurso de los últimos diez días finalmente explotó.

—¡Me gusta Yoshiko!— Ella había soltado, cubriéndose la cara de vergüenza cuando el monólogo de Leah se detuvo abruptamente.

—Ay dios mío.— Escuchó a Yoshiko susurrar por lo bajo.

Riko no quería descubrirse la cara y ver las caras de sus dos mejores amigas. Un silencio agonizante llenó la habitación mientras sus amigas asimilaban la información que acababa de darles.

—¿Qué acabas de decir?— Leah dijo lentamente después de unos momentos.

Riko no dijo nada. Inmediatamente quiso retractarse y guardarlo nuevamente en su mente. Pero un momento después, sintió que las cálidas manos de Chika le quitaban el agarre de la cara.