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ACT 02 / DEATH TWENTY-NINE mom, hold me when i come back
—¿Cómo conociste a Aguni?
Kinoko miró de reojo a Heiya. Quería ignorar el interés que la adolescente le tenía a su amigo.
—Lo conocí en su primer juego —respondió. Después, soltó una pequeña risa—. Era todo un novato, debiste verlo.
—¿En serio? ¿Cuánta experiencia tenías en los juegos cuando lo conociste?
—Aguni me odiaba. —Ignorando su pregunta para no revelar que su experiencia era casi nula, la rubia volvió a reír—. Nos llevábamos realmente mal. Parecíamos perros y gatos.
»Pero con el tiempo aprendimos a llevarnos bien. Mi meta es volver al mundo real con él.
—¿Te gusta?
Kinoko frenó en seco, como si le hubiesen dicho la cosa más horrible y asquerosa del mundo. Heiya también detuvo su caminata, viéndola con el ceño fruncido.
—¿Cómo me va a gustar? —le preguntó de inmediato. Después, fingió una arcada—. Es como si me gustara mi hermano mayor. No, qué asco. ¿Te tirarías a tu hermano mayor?
—No, pero... —Al final, terminó entendiéndola—. Ya, lo siento. ¿Y has tenido novio?
—¿Todas tus conversaciones giran en torno a chicos? —soltó, burlona—. A veces se me olvida que eres una adolescente.
—¡No todas mis conversaciones giran en torno a chicos! Pero... me da curiosidad. Responde.
—Hm... —Kinoko pensó seriamente en lo que le diría—. Pues no me gustan las etiquetas, pero tuve una aventura con un chico.
—¿Es así? ¿Cómo era?
—Como cuando juegas un videojuego de terror, creyendo que te gustará. Al inicio te diviertes, porque el juego no te demuestra el verdadero terror. —Heiya frunció el ceño debido a su metáfora—. Cuando vas por la mitad, el juego te demuestra de lo que es capaz, cosa que te hace no querer jugarlo más cuando lo terminas por el miedo que te dio.
—Entonces, ¿el chico te daba miedo?
—Era más... un asco particular —terminó, haciendo una mueca—. Espero no verlo jamás. Le tengo un rencor muy grande.
—¿Fue un idiota?
—El rey de los idiotas.
Ambas chicas rieron.
—Pero, Heiya... No desperdicies tu adolescencia en chicos, créeme. Enfócate en ti, mírate, eres muy fuerte. —Mientras Kinoko reía un poco, Heiya se quedó callada, pensando en sus palabras—. El mundo no gira entorno a los chicos.
