Dolor, dolor es todo lo que siento en este momento, claro además de una terrible desesperación por que aunque lo intento no puedo abrir los ojos, me siento tan cansada y todo mi cuerpo duele, incluso respirar es bastante doloroso. ¿Qué es lo que pasó? Bueno lo último que recuerdo es a Pink apuntándome con esa navaja suya tan fina y delgada, luego Trix me empujo contra la pared del baño, mi cabeza golpeo contra la misma y solo recuerdo ver a ambas chicas acercarse a mí y sentir un terrible dolor en mi cabeza que me llevo a desmayarme. Supongo que siguieron golpeándome después de eso, puesto que un golpe en la cabeza no haría que todo mi cuerpo doliera ¿No?. He escuchado personas entrar y salir pero nadie ha dicho algo que me indique que es exactamente lo que me pasa.
Sé que estoy en un hospital, he escuchado a Damien y a Fred hablando sobre radiografías y he sentido como me han llevado de un lado a otro en la camilla en la que supongo que me encuentro. El tiempo no es algo posible de calcular para mí, pero no parece que haya pasado mucho en realidad.
Cuando creo que moriré de desesperación... o dolor, escucho la puerta abrirse. Supongo que la de mi habitación de hospital. Unas suaves manos se encuentran con las mías. No necesito pensar mucho para saber que se trata de mi madre. Una mano firme acaricia mi cabello y sé que es mi padre.
−Oh Alexander... esto es toda mi culpa
−Por supuesto que no –escucho a mi papá caminar supongo hacia mi mamá
−No debí dejar que fuera
−Tu no sabías que algo así pasaría
−¿Por qué a ella? –pregunta mi mamá en tono confundido
−Bueno quizá podamos saberlo cuando despierte, ya Damien nos ha dicho que necesita descansar y por eso la han sedado
Así que esa es la razón por la que siento que mis ojos pesan como nunca y no puedo abrirlos.
−Lo sé
−Vamos –hay que dejarla descansar
Quisiera decirles que no se vayan ¿Pero cómo? Solo logro escuchar la puerta cerrarse y entonces caigo en un profundo y algo tranquilizador sueño.
Mis ojos se abren y la luz de la habitación me hace cerrarlos de nuevo. Estoy sola por lo que veo intento moverme pero es algo difícil. Miro mis brazos. Algunas cosas están puestas en ellos, suero creo yo, pero lo que llama mi atención son los diversos moretones que tengo por todo los largo de ellos. Malditas brujas cobardes, mira que golpearme estando inconsciente. Me quito con desesperación las cosas que están en mis brazos. Me levanto con total dificultad y logro llegar al baño necesito verme en un espejo. No tardo en descubrir que mi cuerpo está lleno de moretones también y algunas cortaduras, supongo hechas con las navajas, tengo un moretón por el costado de mi ojo derecho y mis piernas también tienen algunos golpes.
La puerta de la habitación se abre y me hace dar un salto asustada. Se trata de Damien.
−¡Alexa! –dice alarmado y va de inmediato hacia mi
Con su ayuda vuelvo a la cama, es un gusto porque estoy segura de que no hubiera conseguido llegar yo sola.
−No debes levantarte, no aun
−¿Qué día es hoy? –pregunto y él me mira confundido, seguramente esperaba cualquier otra pregunta
−Domingo... ¿Cómo te sientes?
−Todo me duele
−Es normal –me responde con su característica sonrisa− Nos diste un susto jovencita
−¿Cómo llegué aquí? ¿Sabes?
−Gabriela –no puedo evitar imaginar a Gaby molesta con su padre por llamarla así, como sea ese no es punto ahora− Ella te encontró en el baño del estadio
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La apuesta 2 ©
Teen FictionCuando te han traicionado lo ultimo que quieres es volver a jugártela en el amor. Pero de vez en cuando hay que arriesgarse y apostarlo todo aun sabiendo que quizá no tengas el numero ganador. Segunda parte de La apuesta. Obra registrada en Safe Cr...