Descubierta

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Llegamos a casa de la abuela de Pink donde ella y Trix se encuentran.

−Pasen –dice Pink al vernos

Miro a Matt y él a mí luego ambos entramos por la puerta.

−¿Dónde está ella? –pregunta Matt

−En mi habitación ella esta...

Un fuerte estruendo en la parte de arriba la hace callar. Sin decirnos nada sube corriendo por las escaleras y nosotros hacemos lo mismo. Abre la puerta de lo que parece ser su habitación de un solo golpe y la escena es más que aterradora. Trix está al parecer destruyendo la habitación de Pink arrojando todo al suelo o contra la pared.

−¡Trix por favor basta!

Ella se gira a vernos agitada, tiene sudor por todos lados y luce como si no hubiera dormido en días. Al ver a Matt se deja ir contra él tomándolo con fuerza de la sudadera que lleva puesta.

−¿Tienes más? –le pregunta con voz ronca− ¡Matt dame algo ahora si es que lo tienes!
−Trix... no tengo nada

−¡Eres un idiota, necesito más Matt ahora! –ella comienza a golpear el pecho de Matt desesperada pero Matt la detiene tomando con fuerza sus brazos.

−Debemos llevarla a un hospital

−¿Estás loco? –le dice Pink− Sus padres se volverán locos cuando se enteren que su hija es una adicta

−¿Y qué prefieres? ¿Qué muera?

−No ¡No maldición solo quiero que se tranquilice para que podamos hablar con ella!

−¡Ella no va a tranquilizarse Pink, al menos que la droguemos de nuevo!

Matt y Pink discutiendo no hace la situación más fácil. De pronto recuerdo, en mi auto siempre guardo un frasco con la medicina de mi padre por cualquier emergencia que podría suscitarse. Supongo que esto es una emergencia, no de mi padre pero al fin de cuentas emergencia. Salgo de ahí sin decirles si quiera y vuelvo enseguida con el frasco en mis manos. 

Pink es ahora quien tiene a Trix en sus brazos. Matt me mira confundido y yo simplemente me limito a mostrarle el frasco naranja en mis manos. Él niega con la cabeza, pero para ser honestos no creo que exista alguna otra solución. Tomo dos de esas pastillas negras en mis manos.

−Alex –escucho a Matt llamarme pero tampoco es como que intente detenerme mucho cuando me acerco a Trix y la obligo a tomar las patillas

Pink deja a Trix en su cama y se aleja de ella. Esta última comienza a calamares de pronto, jamás entendí lo que las pastillas hacían, en mi padre no tenían ningún efecto al parecer solo lo mantenían vivo. Pero Trix pareció de pronto comenzar a entrar en un estado de relajación total hasta que se quedó por completo dormida. Pink nos pidió que fuéramos a la sala después de eso.

−La única solución es llevarla a un médico –le dice Matt a Pink− O a un centro de rehabilitación

−No, ¿No lo has entendido? Sus padres van a matarla antes de que siquiera pueda hacer algo así, ellos no son como mi padre o Jay, Matt. Su padre trabaja en el gobierno y su madre igual, están divorciados y solo lograrán dañar más a Trix si los metemos en esto

−No los metamos entonces

−Ella es menor de edad, no la dejaran entrar a algún centro de rehabilitación sin sus padres

−¿Qué pretendes entonces?

Pink luce desesperada intentando decir algo que al parecer no se atreve, sin embargo termina haciéndolo.

La apuesta 2  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora