Perdedora feliz

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−Alexa, sin duda estoy muy orgullosa de que me hayas contado esto y no te lo hayas guardado como últimamente sueles hacer, pero no creo que debamos de callarnos ante Kenya

−Mamá, lo importante ahora es buscar a Gaby, además ella es quien debe decírselo a sus padres

−Lo sé... lo sé pero, ¿Tú tienes idea de donde pueda estar?

Niego con la cabeza. Si no es con Jacob no se me ocurre donde más pueda estar.

−Bueno... iremos con Kenya y la ayudaremos a buscarla ¿De acuerdo?

Solo asiento, ella se da la vuelta para apagar la estufa y ambas salimos de rumbo a casa de Kenya.

Matthew narra

−¿Qué tal las pláticas? –me pregunta Luis mientras firmo la hoja de asistencia

−He estado en mejores, aunque me he quedado corto con mis historias, todos aquí tienen increíbles cosas que han hecho y yo solo corrí en carreras ilegales ¿Sabes cómo me deja eso?

−Como el idiota que eres

−Cielos, gracias por el apoyo

−Oye... ¿Has venido caminando?

−¿A que debo esa pregunta? ¿Te burlarás de mí?

−No, verá el auto que te quitamos el día que viniste aquí resulta que no es robado como pensamos

−Se los dije, él tipo a quien se lo gane me lo entrego totalmente legal, el auto está a mi nombre

−Bueno supongo que entiendes que siendo un sospechoso no podíamos confiar en ti pero la verdad es que no mentías

Lo miro con enfado y él solo se ríe.

−Bueno ya... ten −Me entrega un papel y lo examino confundido− Con esto puedes pasar a la sección de cosas decomisadas y te devolverán el auto

−¿Es enserio? –pregunto sin ocultar mi asombro y mi emoción

−Sí, estuvieron peleando por no dártelo, pero es tuyo hombre así que no deje que se salieran con la suya

−¿Peleaste por mí? –pregunto

−Eres un buen chico Matt, solo que eres muy idiota

−Jamás un insulto me había hecho sentir tan bien

−Ya –dice él riendo− Lárgate por ese auto y no más locuras ¿Si?

−Como diga capitán, nos vemos la próxima

Me dirijo a donde me ha dicho y después de hacerme firmar no sé cuántos papeles me entregan mi auto. En realidad había decidido no llevar la moto y use el metro. Suerte para mi pues ¿Qué hubiera hecho con dos transportes?

Subo al auto y me pongo en marcha hacia el departamento. Ligeras gotas de lluvia comienzan a mojar el parabrisas. El clima esta algo loco. Me detengo en una luz roja y mientras doy un vistazo a mí alrededor mis ojos se centran en una chica que cruza la calle. No lleva nada para cubrirse de la lluvia. Pero sin duda eso no es lo que me ha llamado la atención. Lo que capta mi atención es lo conocida que me parece, me inclino hacia adelante y la miro mejor.

Es Gaby.

Camina como perdida pero ahí. No dudo en cambiar mi dirección e ir tras ella. Doy vuelta cuando la luz pone en verde y aparco el auto mientras la veo pasar a lado mío y ella ni siquiera parece notarlo. Bajo del auto y la llamo.

−¡Gaby! –grito su nombre pero ella ni siquiera me mira

Camino hacia ella y la detengo. Ella se gira a verme asustada.

La apuesta 2  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora