Epílogo

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Varios... muchos... bastantes meses después.

Tocan a la puerta de la habitación una y otra vez así que tengo que levantarme para poder abrir.

−¿Qué haces? –pregunto riendo al ver a Matt con Ariana 

Luce tan tierno con ella en sus brazos.

−Tenemos hambre –dice él

−Hambre –repite Ariana alzando sus pequeños brazos hacia mi

−No me digan

Matt sonríe y cuando Ari lo mira solo intenta imitar su sonrisa que la hace verse muy graciosa.

−De acuerdo –digo fingiéndome sufrir

Camino a la cocina con ellos detrás de mí. Matt deja a Ariana en su pequeña silla para comer cerca de la barra mientras yo me dispongo a preparar el desayuno.

−Matt –me quejo− No puedo hacer nada su pones tus manos ahí

−Están sobre tus caderas no en tus manos

Suelto una risa mientras me giro para poder depositar un beso en sus labios.

−¡Santo cristo! –grita una voz detrás de nosotros− ¿Quieren dejar de mostrarle pornografía a mi hija?

−Buenos días para ti también Gaby –le dice Matt

−¿Por qué la has raptado? –dice tomando a la pequeña Ari entre sus brazos

−Ella estaba despierta y balbuceando cosas sin sentido mientras tú dormías, jugamos un rato

−¿No te ha hecho nada malo Matt cierto pequeña? –le pregunta Gaby pero Ari simplemente suelta una risa− Bien... gracias Matty

−Matt... −dice él molesto

−Matty

−Matty –repite Ari, ella es la única con la que Matt no puede enojarse por llamarlo así

A pesar del tiempo que ha pasado Gaby y Matt siguen sin poder pasar un día en que no estén pelando. Es divertido verlos.

Muchas cosas han cambiado como notarán. La pequeña Ariana ya está entre nosotros. Recuerdo perfecto el día en que llego.

Un frio veintiocho de diciembre. Estábamos preparándonos, para volver a la Universidad después de pasar las vacaciones de invierno en casa. Matt y yo subíamos las maletas a su auto cuando una llamada me interrumpió. Kenya llamaba anunciándome que su hija estaba a punto de dar a luz. Dejamos todo y después de llamar a mis padres corrimos al hospital.

Ese diciembre fue uno de los más emocionantes de mi vida sin duda. No solo porque celebramos como locos el cumpleaños diecinueve de Matt. Si no porque me convertí en tía y estuve con mis padres después de no poderlos ver por mucho tiempo, desde entonces ha sido todo una aventura.

−¿Se las puedo dejar? –nos pregunta Gaby mientras deja a Ari de nuevo en sus silla− Aun no meto todo en la maleta

−Ve –le digo− Nosotros la cuidamos

Ella sonríe agradecida y se va no sin antes darle un beso a su hija. Las vacaciones de invierno de nuevo han llegado, ayer fue nuestro último día del semestre y debo decir que lo he pasado con honores. El periodismo sin duda es lo mío. Volveremos a casa desde ya para poder estar por más tiempo.

−Solo faltan dos días para que sea primero de diciembre –digo en una sonrisa mientras le sirvo un poco de huevo a Matt

−No veo que tenga de especial –se hace el desentendido

La apuesta 2  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora