20. La pregunta es ¿quieres tu?

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Mi rutina de vacaciones consistía en despertarme poco antes del mediodía, comer algo simple como un cereal; después tomar un baño y prepararme para ir con mi abuelita. Salía de mi casa y caminaba hasta la suya, que quedaba a tan solo cinco minutos. Ahí básicamente permanecía todo el día, hasta que entrada la noche regresaba, justo cuando mis padres ya estaban en casa.

Con Javier no hablaba para nada, tenía miedo de que si así lo hiciéramos, él se atreviera a dar el siguiente paso pero por mensajes. Y eso no sería nada bueno. Las únicas interacciones que existían entre ambos eran a través del chat grupal y los likes que nos dábamos mutuamente en nuestras historias de Instagram.

Muchas de ellas eran fotos suyas que siempre disfrutaba ver, y solo entraba a la aplicación para verlas nuevamente. Deseaba que pronto se terminaran las vacaciones para vernos de nuevo, y así por fin ser novios. Si es que todo salía bien.

«Y lo hará...»

Ese era mi pensamiento de diario. Si más creía que pasaría, así sería. O eso era lo que siempre decía todo el mundo, y esperaba que fuera realidad.

Micumpleaños estaba próximo, y existía la posibilidad en que Javier usara esafecha especial para declarárseme. Cualquiera de las dos opciones era buena, yno podía esperar por ninguna de ellas.

***

—¿Y qué vas a querer de cumpleaños? —me dijo papá, con su clásica pregunta de cada año cuando mi cumpleaños estaba cerca.

—Ohm... no lo sé.

Me encogí de hombros y volví a mis asuntos —el celular—. Creí que no insistiría más por el momento, pero no fue así.

—¿Cómo que no sabes? —Centró toda su atención en mí, y lo mejor sería que yo hiciera lo mismo y debía dejar el celular a un lado—. Si todo el tiempo te la pasa pidiéndome cosas y...

—Y me compras todo lo que pido, así que no hay algo que quiera por el momento. —Alcé ambas cejas y asentí repetidamente.

Nos miramos fijamente y entornó los ojos, analizando cada una de mis expresiones.

—Bueno, cuando se te ocurra algo me dices.

—Un novio sería excelente —bromeé y volví a tomar mi celular con una gran sonrisa.

—Ah sí, claro. ¡Yo te lo consigo! —añadió, divertido.

Rodé los ojos, porque si fuera posible así lo haría.

—Y si es Javier mejor —murmuré, creyendo que no me había escuchado.

—¿Qué? —preguntó, fijándose completamente en mí.

—¡Nada!—contesté atónito. Lo mejor sería que no me hubiera escuchado, si no insistiríahasta que le contara sobre mi enamoramiento hacia Javier—. Estoy diciendobarbaridades, no me hagas caso.

No supe si fui convincente o prefirió no meter presión, se limitó a apretar los labios y se quedó callado. Me hundí en el sillón para evitar llamar su atención y me concentré en la pantalla de mi celular.

Entré a Instagram y estaba ahí la foto de perfil de Javier, que indicaba que había subido una nueva historia. Me apuré a verla y me enamoré más de él al hacerlo.

Era una fotografía suya frente al espejo, tenía su mano detrás de la nuca y su brazo alzado y mostrándolo por completo. Mi corazón se aceleró tan solo al pensar que con ese bícep podía abrazarme con fuerza, o recargarme en él como si fuera una almohada.

Me aguanté un grito de emoción y sonreí como idiota enamorado.

—¿Qué te tiene sonriendo así? —era mi padre de nuevo, y para esto no había escapatoria.

Persona correctaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora