El día tan esperado finalmente estaba por llegar. Nuevamente iniciaba otro semestre de la preparatoria, y con esto volvería a ver a Javier. Y no solo eso, era muy posible que las cosas salieran bien —como esperaba que pasaran después de tanto tiempo de espera—. Ya no había excusas, ni pretextos, Javier finalmente me declararía su amor y por fin seríamos novios.
De lo único que habíamos hablado Bianca y yo casi todas las vacaciones era de la manera en la que Javier me diría toda la verdad. Yo me imaginaba que me daría un ramo de flores, me tomaría de las manos y nos uniríamos en un romántico beso. Bianca solo me seguía la corriente y se burlaba de mí cuando llegaba a ideas muy alocadas.
Terminé de cenar con rapidez y me levanté de la mesa aún con un bocado en la boca.
—¿Ya terminaste? —preguntó mamá, mirándome de arriba abajo.
Asentí, para no hablar con la boca llena.
—¿Por qué tanta prisa? Tu cuarto no irá a ningún lado —bromeó papá y fue el único que se rió de su propio chiste.
Lo que ellos ignoraban era que no podía contenerme de la emoción y el entusiasmo que sentía. Si el tiempo pasaba lo más rápido posible, mejor.
Corrí a la cocina y lavé los trastes que había usado en la cena. Mientras lo hacía, pensé en Javier y en sí había cambiado algo de él en dos meses en los que no nos vimos para nada.
Siusaría el mismo perfume de siempre o lo cambió por uno nuevo. Tal vez otrocorte de cabello, o a lo mejor ya estaba más alto que antes. O el Javier desiempre, del que me había enamorado. Sea como sea, mi respuesta para él sería un"sí". Siempre.
Regresé al comedor y esbocé una inocente sonrisa frente a mis padres. Ambos me observaron confundidos y se miraron entre ellos.
—Buenas noches —dije finalmente y di media vuelta.
—Buenas noches —respondieron los dos, dudosos.
Subí las escaleras corriendo y me encerré en mi habitación, me lancé a la cama y me resguardé debajo de las cobijas. Me moví de un lado al otro mientras sentía una hermosa sensación en mi pecho.
«Mañana por fin sería el día».
Respiré hondo intentando calmar las ansias, si continuaba de esa manera no lograría dormirme pronto, y no quería que eso sucediera. Aguardé unos segundos, y en cuanto me tranquilicé se me escapó una bella sonrisa. La más sincera de todas.
Me acurruqué en la posición en la que habitualmente me dormía, cerré los ojos y repetí una sola oración en mi mente varias veces:
«Javier es mi novio... Javier es mi novio... Javier es mi novio».
Y así hasta quedarme dormido.
***
Tras concluir mis horas de sueño, desperté en cuanto escuché la alarma sonar. No tuve que escucharla ni por dos segundos cuando ya estaba completamente despierto y listo para levantarme de la cama. Me quité las cobijas de encima y me puse de pie de inmediato.
Abrí la ventana para ver la hermosa mañana que hacía, me estiré dispuesto con iniciar el día más esperado de todos. Di un saltito de emoción y salí de mi habitación en dirección a la cocina.
—¡Mamá! ¡Papá! —exclamé al bajar las escaleras y enseguida me arrepentí pues a esa hora no había nadie en casa, solo yo.
Fui a la cocina porque tenía hambre, y no puedo comenzar mi día sin comer aunque sea un poco. Además como siempre dicen, el desayuno es la parte más importante del día. Abrí el refrigerador y saqué el jamón, tomé algunos huevos de su canasta y me dispuse a hacer el desayuno.
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Persona correcta
Teen FictionAlonso es un adolescente gay que vive tranquilamente como cualquier chico de su edad. Pensando que su segundo semestre sería perfecto junto a sus amigos, pronto queda flechado por un chico nuevo y todo va a dar un giro que él para nada se esperaba. ...