Capítulo 10

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Francesca no se podía concentrar en sus cosas. Se había puesto a reordenar el armario... No dejaba de pensar en Michaell y en la forma en que la miró. La última vez que había sentido algo similar fue con John... No puede ser, simplemente no puede ser... Michaell había estado mucho tiempo lejos, era eso... nada más.

En la tarde Michaell fue a golpear su puerta, para que bajaran juntos a cenar. Eso se entendía, sus habitaciones estaban una al lado de la otra. Es más, estaban conectadas por una puerta interior. Michaell había tomado posesión de la habitación de Jhon. Pero, en cuanto llegó pidió que cerraran la puerta que conectaba ambos dormitorios. 

Durante la cena, Francesca estuvo silenciosa... siguió su propio consejo y estaba reflexionando en cómo ella respondía a Michaell. Quería tener pruebas de que estaba equivocada y que, en realidad, nada sucedía con Michaell... pero, cada vez que el dirigía su mirada hacia ella, sentía que su cuerpo se soltaba y contraía al mismo tiempo. 

La casa Kilmartin comenzó a llenarse de flores, de parte de los pretendientes de Francesca. El mismo Miachell en el bar, había dicho que ella tendría una dote digna de una condesa y que no iba a permitir que se casara con cualquiera, sino que con alguien que la amara y que la hiciera feliz. Cuando Benedict le contó esto, Francesca en vez de sentir alegría y orgullo, se sintió triste. Ella sabía que Michaell la veía como una hermana y eso solo rompía su corazón. Esos primeros días con él fueron difíciles. Ella sentía todo al verlo, pero también sabía que a él no le pasaba lo mismo. 

Francesca no era la única Bridgerton triste. Después de su paseo en el parque, Colin estaba de muy mal humor. No podía entender a Penélope y cuando conversó con Eloise... Ella se sorprendió al escucharlo, pero le dijo que Penélope tenía razón y que lo mejor para él era alejarse de ella. Que aprovechara la oportunidad que Penélope le dio para terminar el cortejo. Pero, él no podía hacerlo. Se le venía a la mente la pregunta que antes le hizo su hermano: ¿Puedes vivir en un mundo en donde ella esté casada con otro? y la respuesta seguía siendo un fuerte y rotundo NO. 

Esta noche habría otro baile y debía hacerle saber a Penélope, a Fife y a todos que él era un pretendiente serio y que iba a luchar por su amor. Ya se habían besado, ella le había correspondido sus abrazos y sus besos. No lo habría hecho si no estuviese interesada.... ¿o sí? y si solo estaba explorando... Dios santo, Penélope es curiosa. A lo mejor quería practicar antes de estar con Fife o con Michaell. No, no. Debía dejar de tener ese tipo de pensamiento, porque no lo ayudaban en nada. Debía ponerse serio y si quería casarse con Penélope iba a necesitar toda la ayuda posible... NO, en realidad, solamente debía pedirle ayuda a la mejor persona para la tarea y Colin sabía que si quería estar casado con Penélope, solamente había una persona que podría conseguirlo y ella era su madre.  Por lo que, se dirigió a su habitación con rapidez para hablar con ella. Pero, no la encontró sola. Estaba con Kate. 

-No se preocupen, los dejaré solos. -Dijo Kate levantándose de la cama. 

-No, por favor quédate. En realidad, necesitaré toda la ayuda posible. -Respondió Colin, ayudando a que Kate se acomodara nuevamente en la cama de su madre. 

Mientras esto sucedía, otra persona que también se acercó a la habitación de su madre era Eloise. Para decirle que, de repente, era víctima de una fuerte jaqueca y que no podría asistir al baile. Pero, al escuchar a su hermano, decidió mantenerse escondida. Lejos del alcance de sus miradas, pero no de sus palabras. 

-Madre, Kate, ayer fui a pedir en cortejo a Pen. 

-¡Eso es maravilloso! -Dijo lady Violet mientras se acercaba a abrazar a su hijo. Mientras Kate se emocionaba hasta las lágrimas. -Pero, porqué estás así. ¿Acaso no te quieres casar con Penélope?

-Madre, lo que más quiero en esta vida es casarme con ella. De hecho, me siento un estúpido por no haberme dado cuenta de que ella es la mujer perfecta para mí. Pero, ella no quiso aceptar mi cortejo, e incluso, también me dijo que no se quiere casar conmigo. -Dijo Colin apenado. 

-Tal vez ella necesita un poco más de tiempo. Ustedes son amigos desde hace muchos años. -Respondió lady Violet. Mientras Kate seguía sollozando. 

-Ella me dijo que no es un buen partido para mí y que merezco a alguien mejor. A alguien que me pueda hacer feliz.

-¿Por qué Penélope piensa que no puede hacerte feliz? -Preguntó Kate.

-Eso no lo sé. Es con Penélope con quien quiero compartir mi vida. No me veo despertando con nadie que no sea ella. Tengo miedo de perderla para siempre. De verdad, siento que no podré vivir en un mundo en el que ella esté casada con alguien más. Por favor, necesito ayuda. 

-Estas palabras de Penélope ¿no tendrán que ver con Eloise? -Preguntó lady Violet. 

-Eloise nunca se ha querido referir a esa discusión que tuvieron. A lo mejor tiene que ver con eso. -Dijo Kate, mucho más serena. 

-Pen me dijo que sí. Que tenía que ver con eso. Pero ni ella ni Eloise me dicen algo al respecto. De verdad, tengo miedo, siento que la estoy perdiendo. Que la voy a perder y que si eso sucede... ni siquiera soy capaz de imaginar que eso suceda. No sé lo que haré. 

-Es que no va a suceder. -Dijo Violet con tranquilidad. 

Ahora el que sollozaba era Colin. Eloise se sorprendió. Nunca había visto a su hermano triste, decepcionado, frustrado, ni siquiera recordaba haberlo visto preocupado por algo antes. Él no era así. Él era todo lo contrario. Tenía seguridad, confianza... sabía qué decir en cada momento... Era la primera vez que lo veía así, desmoronándose por algo... y que fuera así de sincero con su madre... Sin dudas esto era serio y ella se sentía culpable. Por lo que decidió no seguir adelante con lo de su jaqueca e ir a vestirse con rapidez. Esa noche tenía que hablar con Penélope. 


Mientras tanto, en la casa de al frente. Estaba Penélope viéndose en el espejo con su vestido verde. Había decidido aceptar la propuesta de Fife cuando llegara el momento, por lo que  seguiría con ese cortejo hasta el final. Esta noche haría todo lo posible por mantenerse alejada de Colin. Había conversado con su madre y su prima y les había comunicado la intención que tenía de casarse con Fife. Se sentía valiente, pues estaba tomando su destino y lo estaba formando. Ahora, sentirse valiente y feliz es diferente. Pero, ella sabía que podría lograrlo. Aprendería a amar a Fife. Estaba segura que lo lograría y que solamente necesitaba tiempo. 

Otra persona que igual estaba tomando su destino por las riendas era Francesca. Debía sacarse a Michaell de sus pensamientos... Necesitaba encontrar, entre sus pretendientes, a alguien que fuera amable y al que... también su cuerpo lograra reaccionar al contacto de un baile... Era curioso... ahora que lo recordaba, nunca antes había bailado con Michaell ... ¿Cómo se sentiría?

El amor después del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora