PROLOGO:
Se dice que la luna es celosa, una diosa envidiosa que observa desde lo alto el amor que florece entre los mortales. Pero la luna también tiene un único amor, un ser al que cuida y protege con celo.
Los primeros rayos del sol se filtraban entre las copas de los árboles, bañando la aldea Lobo en una tenue luz dorada. El canto de las aves y el aroma a pino fresco impregnaban el aire, anunciando el inicio de un nuevo día. Alan se despertó con un sobresalto, su corazón palpitaba con fuerza. La imagen de la luna falsa, con su aura plateada y sus ojos penetrantes, aún estaba grabada en su mente. ¿Había sido un sueño? ¿O acaso era real?
Se levantó de su lecho de pieles y se dirigió hacia la ventana.Su recuerdo persistía. Alan se sentía más enamorado que nunca. La conexión que había sentido con la criatura era tan real como la luz del sol que se filtraba por su ventana.
Decidido a volver a verlo, Alan se vistió con su túnica de piel y salió de su cabaña. La aldea aún estaba adormecida, solo algunos lobos madrugadores se preparaban para iniciar sus actividades. Alan se dirigió hacia la plaza central, donde se encontraba el Gran Árbol, un roble centenario que era el símbolo de la aldea.
Al llegar a la plaza, Alan se encontró con su amigo inseparable, Wilk.
-"Buenos días, Alan", saludó Wilk con una sonrisa tímida. "¿Tan temprano despierto?
-Alan sonrió, ocultando el secreto que ardía en su corazón. " solo estoy ansioso por empezar el día", respondió con un tono casual.
-Wilk lo miró con sus ojos grandes y llenos de inocencia. "¿Y qué planes tienes para hoy?", preguntó con curiosidad.
-Alan dudó por un momento, sin saber cómo evadir la pregunta sin levantar sospechas. Finalmente, decidió inventar una excusa. "He pensado en ir a recolectar leña para el invierno", dijo con voz firme.
Wilk asintió con la cabeza, sin sospechar nada. "Es una buena idea", comentó. "Yo te puedo ayudar."
Juntos, Alan y Wilk se adentraron en el bosque, dirigiéndose hacia una zona apartada que Alan había elegido cuidadosamente. A medida que avanzaban, la luz del sol se filtraba cada vez con menos intensidad entre las ramas de los árboles, creando una atmósfera de misterio y suspenso. El silencio solo se rompía por el canto de los pájaros y el crujir de las hojas bajo sus pies.
Durante el resto del día, Alan y Wilk se dedicaron a explorar el bosque. Recogieron leña, cazaron algunos animales pequeños para la cena y disfrutaron de la belleza natural que los rodeaba. Alan, a pesar de la alegría que sentía por estar con su amigo, no podía evitar pensar en la luna falsa. Anhelaba volver a verlo, sentir su aura plateada y escuchar su voz metálica.
Cuando el sol comenzó a ocultarse en el horizonte, Alan y Wilk se prepararon para regresar a la aldea. Encendieron una fogata para cocinar la carne que habían cazado y compartieron historias y risas bajo la luz de las estrellas.
Sin embargo, Alan no podía disfrutar del todo la compañía de su amigo. Su mente estaba ocupada por la luna falsa. Cuando Wilk finalmente se quedó dormido, Alan se levantó en silencio y se dirigió hacia el claro donde lo había visto la noche anterior.
La luna falsa no tardó en aparecer. Su aura plateada brillaba con intensidad en la oscuridad del bosque, creando un halo de irrealidad a su alrededor. Alan se acercó a el, con el corazón palpitando en su pecho.
-"Hola, bestia", dijo la luna falsa con una voz fría y metálica. "Me alegra volver a verte."
-También me alegra verte mi luna,he estado esperando todo el dia para poder estar contigo.Alan se acercó a la orilla del risco para después detenerse frente a su luna.
-"Bestia... ¿estarías dispuesto a hacer algo por mí?"
Alan, intrigado por la pregunta, se acercó un paso a la luna. Un cosquilleo nervioso recorrió su cuerpo, mezcla de emoción y temor ante la criatura celestial.
-"Lo que sea", respondió con firmeza, su voz ligeramente temblorosa. "Haría cualquier cosa por ti."
La luna falsa sonrió, una sonrisa cruel que no llegó a sus ojos.
-"¿Cualquier cosa?", preguntó, su voz cargada de ironía. "¿Incluso si te pidiera que me traicionaras?"
Alan tragó saliva, el corazón latiendo con fuerza en su pecho. La pregunta lo golpeó como un puño en el estómago.
-"No", respondió con voz firme. "Eso nunca."
La luna falsa se inclinó hacia él, su rostro a solo unos centímetros del de alan.
-"¿Y si te pidiera que me amaras sobre todo lo demás?", susurró, su voz apenas un susurro.
Un rubor intenso se apoderó de Alan. No podía negar la atracción que sentía por la luna falsa, una fuerza que lo dominaba y lo llenaba de una mezcla de euforia y miedo.
-"y-yo p-pues", dijo finalmente, apartando la mirada. "Lo nuestro es..."
La luna falsa se apartó de él, su rostro tan frío como la noche.
-"Ya veo", dijo con una voz gélida. "Entonces tus palabras carecen del peso que creí."
Alan se sintió miserable. No era lo que quería decir, pero tampoco podía admitir sus sentimientos.
-"Lo siento", dijo, sin saber qué más decir.
La luna falsa se giró y comenzó a alejarse, su aura plateada brillante con una intensidad que lo cegaba por un momento.
-"Espera", dijo Alan, con la voz llena de súplica. "No te vayas."
La luna falsa se detuvo y lo miró con una mirada fría e implacable.
-"Si en verdad eres tan leal como dices", dijo con voz gélida, "demuéstralo. Aléjate de ese lobito."
Alan se quedó sin aliento, las palabras de la luna falsa golpeándolo como un rayo.
-"¿Qué?", preguntó, sin poder creer lo que estaba escuchando.
-"Me has escuchado", dijo la luna falsa. "Si quieres estar conmigo, debes elegir. O yo, o él."
Alan se tambaleó hacia atrás, la confusión y la angustia luchando en su interior. No podía creer que la luna falsa le pidiera que hiciera algo así.
-"No puedo", dijo finalmente, con la voz llena de dolor. "No puedo elegir entre ustedes."
La luna falsa lo miró con una mirada de desprecio.
-"Entonces tu lealtad no es tan fuerte como pensé", dijo con voz cruel.
Y con esas palabras, la luna falsa se giró y se alejó, desapareciendo en la oscuridad del bosque.
Alan se quedó solo, con el corazón roto y la mente enmarañada. No sabía qué hacer, ni a quién acudir. La luna falsa le había dado un ultimátum, y él no sabía cómo responder.
Alan se quedó en el claro, petrificado por la decisión que debía tomar. La luna falsa le había dado un ultimátum: o el o Wilk.
Su corazón se debatía entre dos amores: la atracción irresistible hacia la criatura celestial y la amistad profunda y leal con Wilk.
En los días siguientes, Alan se sumió en la duda y la angustia. Se alejó de Wilk, incapaz de mirarlo a los ojos mientras luchaba con sus sentimientos.
Wilk, por su parte, notó el cambio en Alan. Se llenó de tristeza y confusión, sin comprender qué había hecho para que su amigo lo rechazara.
Un día, Alan no pudo más. Tomó una decisión, una que le rompería el corazón a uno de los dos.
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La maldición de la luna falsa
RomanceEs una adaptación de la historia original Contendrá una trama diferente,habra personajes tanto de la serie original como de algunos "fanfics" Los personajes no me pertenecen a excepción de algunos,créditos a los autores originales de los personajes...