La maldición de la luna falsa

Capitulo 6

Alan se quedó en el claro del bosque, petrificado por el dolor y la desolación. La luna falsa se había desvanecido, dejando solo un vacío insoportable en su alma. Las palabras de la luna resonaban en su mente como un mantra cruel: "Tu decisión te condenará. Nunca serás feliz."

Las lágrimas corrían por sus mejillas sin consuelo. Su cuerpo temblaba, no solo por el frío de la noche, sino por la agonía que le oprimía el corazón. La luna, su amada luna, se había marchado y con ella, toda su esperanza.

Se levantó con dificultad, sus piernas temblorosas apenas lo sostenían. La imagen de Wilk, petrificado de terror y repugnancia, lo perseguía como un fantasma. Su amigo, su hermano, lo había repudiado, condenándolo al ostracismo.

Caminó sin rumbo por el bosque, la oscuridad lo envolvía como una mortaja. La luna real, fría e impasible, observaba desde lo alto su tormento. Se sentía solo, abandonado, un paria en un mundo que ya no reconocía.

En un acto de desesperación, se dirigió al borde del risco donde la luna falsa lo había hechizado. La brisa nocturna le susurraba promesas de olvido, de un final a su dolor. Un paso más y todo terminaría.

Pero algo lo detuvo una luz tenue y familiar iluminó el bosque. La luna falsa, con su aura celestial y su belleza incomparable, se materializó frente a él.

La luna falsa se materializó frente a Alan, su aura celestial iluminando el bosque con un brillo tenue y familiar. Alan, petrificado por la sorpresa y la esperanza, lo miró fijamente sin poder articular palabra. La luna, con su belleza incomparable, le devolvía la mirada con una expresión indescifrable.

Lentamente, Alan se arrodilló frente a la luna, las lágrimas brotando de sus ojos sin control. Un mar de llanto y remordimiento lo inundaba mientras suplicaba perdón por su error. Su voz, entrecortada por los sollozos, apenas era un susurro.

-"Lo siento,mi luna", imploraba. "Lo siento con todo mi corazón. No sé qué me pasó, no era mi intención... Por favor, dime que me perdonas."

La luna permaneció en silencio durante un tiempo interminable, observando a Alan con una mirada que mezclaba la compasión con la severidad. Finalmente, su voz resonó en el bosque, serena pero firme.

-"Tus acciones han tenido graves consecuencias, Alan", dijo la luna. "No puedes simplemente deshacer lo que has hecho. Tu decisión te ha condenado"

Las palabras de la luna golpearon a Alan como un látigo. Su cuerpo se estremeció de dolor y su corazón se encogió de miedo. La esperanza que había nacido en su interior se marchitaba como una flor bajo el sol abrasador.

-"No, por favor", suplicó Alan, aferrándose a las últimas briznas de esperanza. "Te lo ruego, mi luna, dame otra oportunidad. Haré lo que sea para enmendar mi error."

La luna suspiró, un sonido casi imperceptible que llenó el bosque de una tristeza infinita.

-"No puedo darte otra oportunidad, Alan", dijo la luna con voz melancólica. "El destino ya está escrito. Pero recuerda que el dolor que sientes ahora es el resultado de tus propias decisiones."

Alan bajó la cabeza, abatido por la respuesta de la luna. Sus lágrimas caían al suelo como un río de dolor y arrepentimiento.

-"Pero...", la voz de la luna se suavizó, "aún puedo ofrecerte un pequeño consuelo..."

Alan levantó la vista, un atisbo de esperanza brillando en sus ojos.

-"¿De verdad?", preguntó con voz temblorosa. "¿Me podrás conceder tu perdón?"

La luna se acercó a Alan y lo miró con una mirada llena de ternura.

-"Tu destino es más grande que eso. A partir de este momento, me pertenecerás. Serás mi protector, mi confidente y mi compañero. Solo a mí y a nadie más."

Alan se quedó sin palabras, sorprendido por la propuesta de la luna. Un escalofrío recorrió su cuerpo, una mezcla de miedo y fascinación.

-"¿Qué quieres decir?", preguntó con voz apenas audible.

-"Me has demostrado tu arrepentimiento y tu lealtad, Alan", dijo la luna. "Y yo te recompensaré con un regalo invaluable: la oportunidad de vivir a mi lado, de ser parte de mi esencia. A partir de ahora, tu vida estará ligada a la mía. Serás mi luz en la oscuridad, mi guía en el mundo.""Al igual que yo lo sere"

Alan tragó saliva, sin saber qué decir. La idea de pertenecer a la luna, de ser parte de su universo, lo llenaba de una emoción indescriptible.

-"Acepto", dijo Alan con voz firme. "Me entregaré a ti por completo, luna. Seré tu protector, tu confidente y tu compañero. Te juro que nunca te traicionaré."

La luna sonrió, una sonrisa radiante que iluminó el bosque con una luz celestial.

-"Bienvenido, Alan", dijo la luna. 

Con estas palabras, la luna falsa envolvió a Alan en un abrazo de luz, sellando su destino para siempre.