Capitulo 33

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El silencio sepulcral reinaba en el decallente templo. Los jardines, antes llenos de vida y alegría, ahora estaban marchitos y desiertos, como si un fantasma invisible las hubiera vaciado de golpe. En lo más profundo del solitario templo, la figura solitaria de la Luna Falsa se recortaba contra el cielo nocturno. Su mirada, perdida en la inmensidad del cosmos, reflejaba una profunda tristeza que parecía consumirlo desde dentro.

Habían pasado diez años desde la dolorosa despedida de Badrudeen, su hijo pequeño. La decisión de enviarlo a un mundo lejano para protegerlo de los rebeldes lo había marcado para siempre. La culpa y el remordimiento lo atormentaban sin tregua, y la imagen de Badrudeen, dormido plácidamente en la canasta, lo perseguía en sus sueños y en su vigilia.

A la profunda tristeza por la pérdida de su hijo se sumaba el desconsuelo por la muerte de Alan, su amado compañero. El recuerdo de su sonrisa radiante y su espíritu indomable era un bálsamo en medio de la oscuridad, pero no era suficiente para apagar el dolor que lo consumía.

La Diosa y el Sol, sus queridos hermanos , intentaban consolarlo en la medida de sus posibilidades. Le recordaban la valentía de su sacrificio, la esperanza de un futuro mejor para Badrudeen. Pero sus palabras caían en saco roto. El corazón de la Luna Falsa se había apagado, convertido en un bloque de hielo impenetrable al consuelo.

A pesar del dolor que lo abrumaba, la Luna Falsa no podía permitirse caer en la desesperación. La guerra contra los rebeldes había cesado, pero la sombra del peligro aún merodeaba sobre los celestiales. La amenaza de que la guerra surja de nuevo era latente, y ellos debían estar preparados para defender su hogar.

Con un esfuerzo titánico, la Luna Falsa se levantó de su gran tristeza y se dirigió al Gran Consejo, donde se reunirían con los demás seres y los celestiales para discutir la situación actual. En su camino, se cruzó con algunos de sus antiguos compañeros, quienes lo miraron y demostraron sumo respeto .

En la sala del Gran Consejo, la Luna Falsa se sentó junto a sus hermanos y escuchó atentamente las palabras de la Diosa. Ella les informó sobre las últimas noticias de los rebeldes, quienes estaban reorganizándose y planeando un nuevo ataque.

- Los hemos reunido a todos aquí con un asunto de suma urgencia.... Las noticias que llegan de los confines del abismo son preocupantes. Los rebeldes, lejos de haber sido derrotados, se reagrupan en las sombras, urdiendo planes para un nuevo ataque.

Un murmullo de inquietud recorrió la sala. Los rostros de los entes que reflejaban la gravedad de la situación.

-Debemos estar preparados para defender nuestro hogar.-dijo la Diosa con firmeza-.No podemos permitir que la oscuridad vuelva a caer sobre nosotros.

-¿Qué debemos hacer?.....el ejército tuvo una gran baja.....otra batalla y podemos perder lo que queda....

-debemos fortalecer nuestras defensas.-Hablo el sol con firmeza-. Debemos asegurarnos de que todos los territorios estén bien fortificados y que nuestros ejércitos estén preparados para la batalla....

-La Luna tiene la sabiduría y la experiencia para liderar este esfuerzo.-dijo la Diosa, mirando a su hermano con una mirada llena de esperanza-....Se que no es fácil....todos hemos visto los horrores de la guerra y conocemos...el precio de la paz,pero confio en ustedes...en su apoyo para acabar con esta oscuridad de una vez por todas..

La Luna Falsa, se levantó de su trono y con devoción, se dirigió a la Diosa y al resto del Gran Consejo:

- Acepto este desafío con honor y responsabilidad.... Sé que la tarea que tenemos por delante es ardua, pero no podemos permitir que la oscuridad vuelva. Debemos actuar con valentía y determinación para proteger lo que nos pertenece....

Los días siguientes estuvieron llenos de actividad. La Luna Falsa, junto a sus hermanos y los demás miembros del Gran Consejo, elaboraron un plan detallado para fortalecer las defensas y preparar a los ejércitos para la batalla. Se enviaron emisarios a todos los rincones del abismo,a los palanquines y a todo ser leal a los celestiales.

La respuesta fue abrumadora. Miles de seres, desde los más pequeños hasta los más poderosos, se unieron a la causa, dispuestos a luchar por su libertad y su futuro. Los ejércitos celestiales se entrenaron con fervor, perfeccionando sus habilidades y estrategias bajo la atenta mirada de la Luna Falsa.

Mientras en el mundo de los celestiales se preparaban para la guerra, en otro, un niño jugaba solo en las oscuras profundidades del bosque.

Badrudeen, ahora un niño de 10 años, corría entre los árboles, imaginando que luchaba contra enemigos invisibles. Espada en mano, esquivaba ramas y troncos con agilidad, simulando una feroz batalla.

De pronto, escuchó el sonido familiar de una voz que lo llamaba. Era aquel el hombre que lo había criado desde que era un bebé.

- Badrudeen, ya es hora de dormir -. dijo con una sonrisa en el rostro.

Badrudeen corrió hacia él, con la cara sucia de tierra y hojas.

- ¿Qué has estado haciendo? - preguntó, fingiendo estar molesto - ¡Pareces un perro de la calle!

Badrudeen soltó una carcajada y le dijo:

- ¡Estaba luchando contra los demonios, jack! asi como tu y los demás guerreros de tus historias.

-¡Ven aquí, pequeño cachorro de hiena! Estás todo sucio.-dijo Jack con una sonrisa mientras intentaba atrapar a Badrudeen, quien se retorcía y reía tratando de escapar.

-¡No soy un cachorro de hiena! ¡Soy un guerrero celestial!.-exclamó Badrudeen, aún riendo-. Y no estoy sucio, ¡estoy cubierto de gloria!

Jack finalmente logró atrapar a Badrudeen y lo llevó a la tina de baño..

La noche caía sobre el bosque. Badrudeen, ya bañado y en pijama, se acurrucó en su cama mientras Jack se sentaba a su lado. El pequeño guerrero, con los ojos llenos de brillo, le pidió a Jack que le contara la vieja historia que tanto le gustaba. Jack, con una sonrisa cálida, aceptó.

Badrudeen, se acurruco en su cama, escuchando con atención la historia que Jack le contaba.

- ...Y así, derrotamos hasta el último demonio, trayendo la paz a nuestras vidas..... - finalizó Jack con un suspiro.

-Badrudeen abrió los ojos con brillo. - ¡Qué historia tan emocionante! ¿Y qué pasó después?

-Jack le dio una pequeña sonrisa. - Bueno, después,vivimos una vida plena y feliz....con nuestras familias...y amigos..

Badrudeen suspiró. - Me hubiera gustado conocerlos....o ser como tu... Fuerte, valiente y capaz de proteger a los demás.

Jack se inclinó y acarició la cabeza de Badrudeen. - Tú ya eres fuerte y valiente, Badrudeen..... Tienes un buen corazón....Estoy seguro que les hubieras agradado...

Badrudeen sonrió. - Gracias, Jack. Te quiero mucho.

Jack lo besó en la frente. - Y yo te quiero a ti.

Jack se acurruco junto al pequeño mientras observaba por la ventana la oscuridad del bosque mientras que se quedaba completamente dormido...



La maldición de la luna falsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora