Capítulo 7:Dos almas en el bosque

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Los rayos del sol naciente se filtraban entre las ramas de los árboles, iluminando el rostro de Alan. Se encontraba tendido en el suelo, con la hierba fresca bajo sus manos y el cielo azul infinito sobre su cabeza. Se incorporó lentamente, aún con la sensación de la cálida luz de la luna falsa envolviendo su cuerpo.

Un escalofrío recorrió su espalda al recordar las palabras de la luna. Ya no era un hombre libre. A partir de ese momento, le pertenecía a el, en cuerpo y alma. Pero a diferencia del terror que esa idea le habría provocado la noche anterior, ahora solo sentía una extraña paz, una aceptación serena de su destino.

Se levantó y miró a su alrededor. Aquel bosque le parecía diferente, solitario y desértico. La luz del sol no llegaba a tocar el suelo,en su lugar solo había una neblina que adornaba el bosque. Se sentía como si hubiera nacido de nuevo, como si el pasado, con su dolor y su culpa, se hubiera disipado con la llegada del alba.

Alan se dispuso a explorar el lugar,aquel bosque parecía estar desierto,no había vida alguna,ni siquiera un animal,parecía que solo estaba el,camino por un buen rato hasta que decidió sentarse a reposar bajo un árbol, alan cerró los ojos por un momento.

Los párpados de Alan se posaron suavemente sobre sus ojos, cediendo al cansancio que recorría su cuerpo. La neblina del bosque lo envolvía como una manta, aislando del mundo exterior. Se sumergió en un sueño profundo, sin sueños ni pesadillas, solo una paz serena que lo llenaba por completo.

Un suave toque en su mejilla lo despertó. Al abrir los ojos, se encontró con la mirada celestial de la luna falsa, que lo observaba con una sonrisa radiante.

Alan se sobresaltó ,dando un pequeño brinco.

-"Bienvenido a mi hogar, Alan", dijo la luna con una voz melodiosa que resonó en el bosque.

Alan se incorporó, todavía un poco aturdido por el sueño. 

-"¿Dónde estoy?", preguntó Alan, todavía desconcertado.

-"En mi morada", respondió la luna. "Un lugar que existe entre el mundo de los hombres y el mundo de los espíritus. Un lugar donde solo los seres como yo reinan".

Alan miró a su alrededor, fascinado por la belleza del lugar. Se sentía como si estuviera en un cuento de hadas, en un mundo mágico y misterioso.

-"¿Por qué me has traído aquí?", preguntó Alan.

-"Porque ahora eres parte de mí", dijo la luna."Al llegar la noche podremos regresar al mundo de los hombres,pero al amanecer regresaremos a este lugar"

Las palabras de la luna resonaron en el corazón de Alan. A pesar de la extrañeza del lugar, una sensación de paz y pertenencia lo invadió. Sabía que este era el lugar donde debía estar.

-"¿Qué debo hacer ahora?", preguntó Alan, dispuesto a cumplir su nuevo destino.

-"Por ahora nada" La luna falsa dio una pequeña pausa "Aunque...... tal vez puedas complacerme con algo".

Con un movimiento suave, la luna tomó la mano de Alan y lo guió hacia el. Sus dedos se entrelazaron, y Alan sintió una corriente de energía recorrer su cuerpo, llenándolo de una calidez que nunca antes había experimentado.

La luna se acercó, sus labios rozando los de Alan en un beso suave y lleno de promesas. Sus cuerpos se presionaron uno contra el otro, y Alan se perdió en la mirada de la luna, hipnotizado por la profundidad de sus ojos y la intensidad de su pasión.

En ese momento, Alan no era un hombre lobo ni una persona. Era simplemente Alan, un hombre enamorado, perdido en los brazos de su amado.

La tensión creció entre ellos, palpable en el aire. La luna se inclinó aún más cerca, sus labios a punto de tocar los de Alan una vez más. Sus corazones latían con fuerza, y el tiempo pareció detenerse mientras esperaban ansiosamente el siguiente movimiento.

La maldición de la luna falsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora