Capítulo 1: Confesiones bajo la luz plateada

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Alan, el chico lobo, suspiró con melancolía mientras observaba a la luna falsa brillar con intensidad en aquella oscuridad del bosque. Su cabello brillaba bajo su luz plateada, y sus ojos reflejaban el anhelo que consumía su corazón.

"Mi luna," susurró con voz caida, "¿cómo explicar el amor que siento por ti?".

Había intentado de mil maneras demostrar su afecto. Aullaba a la luna cada noche, dejando su alma en cada melodía salvaje. Le traía flores silvestres y ramas de los árboles más altos, ofrendas humildes a su dios celestial. Incluso tallaba símbolos en la corteza de los robles centenarios, un tributo a su belleza etérea.

Pero la luna falsa permanecía impasible. Su luz plateada bañaba el bosque con indiferencia, sin siquiera rozar el corazón de Alan. Era como si él fuera solo un ser más entre la multitud de criaturas que habitaban la noche.

Alan, se acercó hasta la orilla del risco y se sentó, quedando a escasos metros de la luna falsa. La luz plateada bañaba su rostro, dándole un aspecto casi angelical.

-"Hola, mi luna," su mirada fija en el astro celestial.

La luna falsa lo miró en silencio, sus ojos brillaban con intensidad. No era una mirada fría o distante, sino una mirada llena de misterio y sabiduría.

-"¿En qué piensas, bestia?" preguntó finalmente, su voz suave como el viento.

-Alan suspiró. "En muchas cosas," dijo. "aun no comprendo mi luna.... dices que moriré de una forma horrible pero no sucede nada""solo eres tu intentando alejarme"

-La luna falsa lo miró en silencio, sus ojos dorados brillando con una intensidad casi gélida. "No te alejaría de mí, bestia" dijo finalmente. "Tu presencia me intriga."

Alan lo miro intrigado. La luna nunca le había dicho algo así antes y aunque no era gran cosa alan se llenaba de ilusión nuevamente

-"¿Te intrigo?" preguntó, con la voz temblorosa por la confusión.

La luna falsa asintió con un leve movimiento de cabeza. "Eres diferente a los demás. No logro comprender tu comportamiento."

Alan no sabía qué decir. Las palabras de la luna falsa lo llenaban de una mezcla de emociones: sorpresa, incertidumbre, y esperanza.

-"Yo... no sé qué decir," dijo finalmente.

-"No digas nada," dijo la luna falsa. 

-alan solo observaba a la luna  sin entenderla......

El sol empezaba a salir, alan sabia que era momento de despedirse se levanto y con un semblante triste se despidio de su luna



La maldición de la luna falsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora