Capitulo 32

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La Luna Falsa, con la mirada perdida en la inmensidad del cielo nocturno, se encontraba en el jardín del templo, sumido en sus pensamientos. 

El recuerdo de su amado aún fresco en su memoria, mezclado con la angustia por la decisión que había tomado sobre su hijo, lo atormentaba. Su cabeza era un torbellino de emociones, nuevos sentimientos desconocidos afloraban en su corazón, un tormento que parecía no tener fin.

De pronto, la voz de la Diosa lo sacó de su trance. Se acercó a él con un semblante triste y desvelado, preocupada por su estado.

-Hermano mío, ¿qué haces aquí solo a estas horas de la noche? ¿Cómo te encuentras?

La Luna, con la voz entrecortada por la emoción, le respondió:

-Solo buscaba un poco de paz, un momento para meditar sobre la difícil situación que enfrentamos.

La Diosa lo miró en silencio, con una profunda empatía en sus ojos. Se acercó a él y colocó su mano con suavidad sobre su hombro, en un gesto de apoyo y comprensión.

-.Te comprendo....... Perder a tu amado.....y ahora tener que tomar decisiones tan difíciles sobre el futuro de tu hijo...

La Luna  guardó silencio por un instante, respirando hondo como para reunir fuerzas. Luego, con una voz tenue, preguntó:

 -.Hermana..... ¿has logrado encontrar un lugar seguro para Badrudeen?

La Diosa lo miró con tristeza, sus ojos reflejando la gravedad de la situación.

-.Se de un lugar........ lo conozco bien, un mundo lejano donde él estará a salvo del peligro que lo acecha aquí......estaran a salvo ahi

Un rayo de esperanza iluminó el rostro de la Luna Falsa, pero se apagó de inmediato al recordar la dura realidad.

-......Yo no puedo ir con él...... Mi presencia solo lo pondría en riesgo.

La Diosa lo miró con incredulidad, confundida por sus palabras.

-.¿Qué quieres decir? Pero... ¿quién cuidaría de Badrudeen?

La Luna Falsa no respondió. Su mirada se perdió en la oscuridad, como si estuviera luchando contra una tormenta interior.

-.Hermano, por favor, dime qué estás pensando..... No puedes dejarlo solo en este mundo tan cruel.

La Luna Falsa giró su rostro hacia la Diosa, sus ojos llenos de tristeza. Sus palabras brotaron con una mezcla de dolor y resignación.

-. Es la única manera de asegurar su supervivencia....... Si yo estoy con él, los rebeldes nunca dejarán de perseguirnos.....Debo encontrar a alguien que pueda darle el amor y la protección que él necesita, alguien que lo críe como si fuera suyo.

La Diosa escuchó sus palabras en silencio, con el corazón roto por el dolor que reflejaban sus ojos. La decisión de su hermano era desgarradora, pero comprendía que era la única opción para garantizar la seguridad de Badrudeen.

-.....Entiendo tu dolor, hermano.... Sé que este es un sacrificio inmenso, estoy aquí para ayudarte a encontrar a la persona adecuada para cuidar de tu hijo......se de un hogar donde Badrudeen pueda crecer feliz y amado, lejos del peligro que lo acecha en este mundo.

La Luna Falsa asintió con la cabeza, a pesar del dolor que lo consumía, una pequeña esperanza comenzaba a florecer en su corazón. La idea de que Badrudeen pudiera tener un futuro mejor, lejos de la violencia y la oscuridad, le brindaba un pequeño consuelo en medio de la tormenta.

La maldición de la luna falsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora