Transiciones

El comienzo

Mi hermanastra no quería que entrara nunca en su cuarto, casi todo el tiempo estaba enojada y no quería comer. También lloraba sin razón, y luego reía como loca, una ocasión de extrema curiosidad por su raro comportamiento, entre al baño para investigar.
No sabía que ella seguía en el baño. Al mirarme, dio un grito que se escuchó por toda la casa.
—¿Que demonios haces aquí? Pregunto muy molesta.—le diré a mi madre.
Saltaba toda mojada, mire su pecho y lo mucho que había crecido, ella se cubrió y me arrojó un jabón.
—¡Deja de mirarme¡ ¡lárgate! Seguía gritando y arrojándome cosas.
No entendía por qué era tan diferente, y por lo que estaba pasando.
Todos estaban muy molestos conmigo, y me miraban con desprecio, y claro mi madrastra me odiaba, así que contó a mi padre las peores cosas de mí.
—Tu hijo es un depravado. Le decía a papá mientras yo escuchaba detrás de la puerta. —se ha metido en el baño para ver a mi hija mientras se duchaba.
—Debió ser un malentendido. Argumento papá, tratando de defenderme.— Lo más probable es que el no supiera que Bianca estuviera ahí.
—Claro que lo sabía. Replicó esa mujer.— Y no es la primera vez que lo encuentro merodeando el baño, o la habitación de mi hija. Tienes que hacer algo al respecto.
—Hablaré con el. Respondió papá. —Está situación no volverá a repetirse.
—Pues eso espero. Dijo con molestia esa mujer mientras cruzaba los brazos.
Papá y yo hablamos durante horas. Me explico lo que él llamó... Los hechos de la vida, resolvió todas mis dudas, y jamás me juzgó, me abrazo fuerte y me quedé dormido.
Mi padre fue mi mejor amigo, llegaba tarde y cansado de su trabajo, pero tenía tiempo para mí, para jugar e imaginar juntos, solíamos fingir que mi pequeña cama era un barco pirata, hacíamos las velas con la sabana, y surcábamos los mares en busca de aventuras.
El siempre decía..
—Si lo puedes soñar, lo puedes lograr.
Pero a mí madrastra eso le molestaba, lo humillaba, y lo llamaba infantil, payaso, y más cosas hirientes, él me pedía que no escuchara, y que nunca dejara de soñar, su esposa solo estaba celosa de cuanto me quería.