Capítulo 3.- Madurez

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Los días habían transcurrido, era el primer día de los juegos locales, por supuesto que estaba listo, los marginados nos reunimos, había nerviosismo en todos ellos, la dirección de la escuela, algunos oficiales y personal de la marina nos habían honrado con su presencia.
Muchos de los familiares habían venido, me sorprendí al ver a Bianca acompañada de su madre, en primera fila, saludando con una sonrisa amigable, no podía evitar sentir un poco de rencor hacia esas personas, pero ya no importaba tanto, había avanzado desde entonces, no se si es madurar, pero definitivamente ya no era aquel muchacho rebelde que perdió a su padre.
De vuelta al campo, y mientras estudiaba al equipo contrario, me di cuenta de que eran fuertes, enormes, y estaban demasiado confiados.
—Nos destrozarán—
Comentó el pequeño Luis atemorizado.

—Necesito que todos se concentren, escuchen mi plan—.
Me prepare para motivarlos y darles la confianza que tanto necesitaban.
—El primer evento es una carrera al rededor del campo de fútbol, será de dos vueltas y por relevos, así que necesito a los más veloces, Jhonatan, irás primero, luego te relevaré, y al final entras tú, pequeño Luis—

—¿Enloqueciste?—
Preguntaron todos con cara de asombro.
—Tienen razón—
Exclamó el pequeño Luis.
—Me destrozarán—.
Tratando de explicar mi plan lo llevé en privado y le dije.
—Has pasado toda tu vida huyendo de los abusivos, eres muy ligero y veloz, ellos son enormes y pesados, son muy fuertes, si, lo admito, pero no son veloces, cuando yo te entregue la bandera, solo corre, corre como nunca has corrido—.

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